Menuda jornada de mtbeo. ¿Quién me lo iba a decir a mí que acabaría el año triscando, como la cabras, por el impresionante entorno natural, otrora filón de riqueza galenoargentífera, de Sierra Almagrera.
El culpable de todo, mi hijo Antonio, mi compañero de pedaladas en esta última jornada del año.
¿Por qué no subimos Sierra Almagrera en lugar de irnos a costear?
Dicho y hecho. Rumbo a Los Lobos, donde nada más llegar a la rambla un trío de canes desaforados denuncian nuestra presencia. La suerte que han tenido es que estaban atados y bien atados porque de lo contrario, en caso de salir a nuestro encuentro, podían haber perdido el don de su supuesta virilidad. ¡Menudos patadas se podían haber llevado en los ... cataplines!
Aquí descubro con sorpresa que aunque me he llevado la cámara de fotos, al intentar ponerla en funcionamiento no marcha.
¿Qué pasa? La abro y descubro el desaguisado. No le he puesto la pila que dejé anoche recargando. Así pues, mi gozo en un pozo y no de los mineros.
Ahora que le he pillado el truco de subir los videos al "yutube" y me encuentro que no puedo hacer nada. Echaré mano del móvil y a ver lo que sale.
Salvada esta primera incidencia, comenzamos nuestro pregrinaje, pecata minuta para lo que nos aguardaba posteriormente al comprobar los efectos devastadores de las últimas lluvias sobre las diferentes ramblas con las que nos habíamos de topar y con los maltrechos caminos, la mayor parte descarnados, en piedra, lajas o roca, cuando no cortados.
De no haber sido por esto, hoy Sierra Almagrera no habría tenido mayor aliciente.
El tener que luchar o sortear los elementos naturales, echar pie a tierra o triscar como las cabras ha merecido la pena.
Así hasta coronar, hasta llegar al singular torreón desde el que se divisa en toda su entensión tanto la costa como las sierras circundantes: Sierra Cabrera, Sierra Almagro, Sierra Enmedio, El Aguilón...
En esta situación, uno se siente el rey del... torreón y plenamente afortunado.
Y lo verdaderamente excitante ha surgido en el descenso. A nuestra izquierda se ofrece majestuoso el pico Tenerife y por allí atisbo una posible vía de comunicación hacia el Jaroso.
¿Lo exploramos? Y allá que vamos, por un camino casi intransitable poblado de matorral -¡qué fragancias naturales!- de cabeza hacia un barranco que nos sitúa a los pies del Tenerife.
Ahora, haciendo uso de casta, destreza y fuerza comenzamos a subir -lógicamente a pie- buscando ese camino que se percibía en la lejanía.
Lo encontramos, aunque más bien parece ser una vereda propia de cazadores, y seguimos la ascensión: unas veces subido; las más, a pie.
Y logramos plantarnos en el pico Tenerife -bueno, en la cima, en el vértice geodésico propiamente dicho, no.
En este momento me sobresalta el sonido de mi móvil. Me apresuro a cogerlo. Es nuestro amigo Gerardo. Le comento la situación. Nos deseamos una feliz nochevieja y un próspero año nuevo y... a localizar el barranco del Jaroso.
La última vez que me encontraba en esta situación estaba junto a José González -de esto puede hacer ya un par de inviernos.
Echando mano de memoria y de cierta dosis de humor comenzamos a escrutar el panorama y a bajar. En un instante, sin darme cuenta, "me bajo" por delante del manillar. La rueda delantera se ha quedado atrapada en una enorme atocha de esparto. El resto del espartal me sirve de mullida e inesperada cama. Y... a seguir bajando.
Pronto descubrimos, enhiestos y "actualizados", en el fondo del barranco los restos mineros de la popular "máquina de vapor".
La visitamos, hacemos fotos de rigor y a seguir descendiendo, a ver si llegamos temprano a casa.
Por cierto, si queréis conocer fragmentos del pasado minero o ver el interior de alguno de los miles de pozos horadados en esta sierra podéis observarlos en un blog denominado "Bajo los espartales". Os sorprenderá.
¡Qué pena de no haber sabido esto con antelación porque a buen seguro que Alonso Rojas se hubiera apuntado!
De todos modos, Alonso, no te preocupes. Todos los días se aprende algo nuevo y hoy he descubierto cómo subir la ruta al blog.
Aquí, debajo, está el enlace. Jugad con él porque no tiene desperdicio la cantidad y diversisad de datos que ofrece .
De las fotos realizadas con el móvil, tranquilidad, dice mi hijo Antonio que él se las bajará por "blutú" y las pondré como es habitual en este blog.
Bueno, con esta bikenarración os abandono. Voy a estar un tiempo sin escribir. Pero, tranquilos, que el año que viene, me tenéis aquí.
¡Y esta noche, cuidado con las uvas, las bebidas y los controles! Hay muchos puntos en juego y esta liga es muy larga.