En plena fiesta inaugural de Bicilocura, la tienda-taller de bicis que Juan Terrones ha abierto recientemente en La Fuente, ya se había hablado. Tenemos que hacer una quedada con objeto de subir a los reptidores de Águilas -es decir, a la Sierra de lso Mayorales - y desde allí bajar hasta Águilas por unas sendas que son espectaculares.
Y el día de la Inmaculada ha sido el elegido para tamaña aventura.
A las 9 de la mañana -unos, los pulpileños, desde el Parque Periurbano poníamos rumbo hacia Pozo Higuera; otros, los campaneros y los almendriqueños, desde el Bar Mojaquero salían al encuentro de los pulpileños, circunstancia que tenía lugar a la altura de El Canadillar.
Inicialmente, por parte pulpileña, sólo Juan Terrones y este narrador, aunque un poco después se unirían Diego, Mª Jose e Iván.
La representación campanera y almendriqueña, toda una marabunta de bikers encabezada por Ginés Ayala y David López. ¡Qué gozada ver a 16 bikers -llegamos a ser 19 con la posterior incorporación de una representación aguileña comandada por Chispi y antes de que José Antonio Sáez abandonara al grupo a la altura de la Venta San Felipe para regresar a casa- dispuestos a sudar la gota gorda a pesar de que la mañana se presentaba algo fresquita!
En poco menos de 1 hora, el grupo -mejor dicho, los grupillos porque el pelotón se fraccionó muy pronto- se presentaban a los pies de la Cuesta de la Cabra. Sobra parte del atuendo matinal.
Juan Diego se convierte en mi compañero de ascensión. Subo cómodo y a él mi ritmo le va pintiparado.
Algunos han subido tan ensimismados en el camino que no se han percatado de que al coronar el collado había que girar a la derecha para ascender a los repetidores. Total, una colada de nada. Casi media hora esperando en la cima de los Mayorales, a 686 metros, el regreso de los bikersdespistados. El teléfono se muestra inoperante en esta zona, no hay modo de contactar con los "perdidos".
El resto del grupo optamos por cambiar los planes. No haremos esas anheladas crestas, sendas y veredas que se nos ofrecen a modo de balcón de la Marina de Cope -ya sabemos dónde se encuentran- y como mal menor descenderemos hasta el polígono aguileño por la ruta habitual.
Comenzamos el descenso y salta el primer problema de la jornada: la tija del sillín de Juan Diego se fractura y menudo compromiso para sus zonas nobles. ¡Menos mal que aún le queda un buen vástago. Se repara en un tris y a bajar con suma cautela.
Los perdidos, conducidos por Juan Terrones y cía, dan señales de vida desde la cima de los Mayorales. Comienzan a descender para reintegrarse al grupo. Los demás esperamos e incluso aprovecho la ocasión para grabar el descenso. ¡Hay que tener un par de "gü..." para bajar como lo ha hecho Juan Terrones!
No tardaría en surgir el segundo incidente: la cubierta de Piñero presenta problemas de inflado. El tubeless no funciona, se ha quedado seco, se soluciona momentaneamente con un buen inflado. Pero sería en vano porque posteriormente ha tenido que poner cámara, operación que obliga al resto del grupo a esperar en el polígono industrial la reincorporación.
Una parte del grupo, según ellos los más flojos, optan por poner tierra de por medio argumentando que sería alcanzados por el resto. La verdad es que,, al menos yo, no he podido verlos en el resto de la jornada.
A partir del polígono, una vez reagrupados todos y despedidos los aguileños, se impone una marcha que nos saca a más de uno de punto haciendo imposible seguir agrupados.
No obstante, los que quedamos rezagados también apretamos el culo y nos imponemos nuestro propio ritmo, creo que demasiado exigente a tenor del tiempo invertido: algo más de media hora en coronar Puerto Carril. Ahora me explico porqué mi corazón iba tan acelerado, alcanzando las 182 pulsaciones en un gran trecho. ¡Vamos, para morirse sobre la bici!
Al final, los números cantan por sí sólos: 57.5 kms recorridos, 3:07:48 y 18,5 kms/h. de media.
Ahora comprendo el motivo de que en este momento no sienta mis huesos. Menudo palizón me ha dado esta Inmaculada.
2 comentarios:
En esa foto falto yooo, pero en la próxima intentaré estar.
Menos mal que me dí la vuelta jijiji
Saludos Frafer-Seguidores
la bici-locura no tiene cura
subis beaucoup a los repetidores perdóname virgen de la amargura.
Pero sí me lo permite el titular
"Inma-culeando" en los Mayorales
gerundio del verbo Inmaculear
puede crear confusiones
en el inmaculado personal.
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