Al fin, después de unos cuantos años de noviazgo y de unos miles de kms. de pedaladas al unísono, Juan y Bárbara o Bárbara y Juan -que no se mosquée ningun(a) defensor(a) de la igualdad entre sexos- han contraído matrimonio.
La ceremonia religiosa tuvo lugar el pasado sábado, 7 de noviembre, en San Juan de los Terreros - a ver cuando concluyen las obras de rehabilitación de nuestra Iglesia Parroquial- contando con la presencia de familiares, amigos y una sorprendente tuna que además de cantar la misa, en tanto los novios cumplían con el protocolo de las firmas y las fotos, deleitaron a los acompañantes con su amplio repertorio musical.
Posteriormente el cortejo nupcial se trasladó hasta el hotel Amaltea de la vecina localidad de Lorca.
Entre los aperitivos para abrir boca y esperar la llegada de los novios servidos en la terraza del hotel, los suculentos aperitivos y sabrosos platos regados con buenos caldos, los tradicionales "vivan los novios" y "que se besen", el buen ambiente festivo reinante en la sala y la "marcha" ofrecida por la orquesta transcurrió una velada que se prolongó hasta bien prolongada la madrugada. Vamos, supongo que sería así porque aunque yo abandoné la fiesta -a ciertas edades no puede uno llevar tanto ajetreo en el cuerpo- pasadas las 2 y media de la noche, el ambiente reinante prometía mucho.
Vaya desde este blog, mi más sincero deseo de felicidad y prosperidad para esta pareja de bikers y ante todo extraordinarios amigos.
Enhorabuena y... a partir de ahora, una vez superado el ajetreo que os ha tenido ocupados durante tanto tiempo, a montar en bici. Los dos. A la vuelta del calendario El Brujo nos espera.
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