Ni el frío ni el viento de poniente que castigó durante la última jornada dominical decembrina impidieron que una vez más la familia Newbikers agasajara al medio centenar de bikers que se acercó a Pulpí para "disfrutar" de la VIII Quedada navideña Newbikers.
Al filo de las 9:15 horas daba comienzo una ruta que, excepción de la caída sufrida por un biker veratense y que lamentablemente acababa con una fractura de clavícula, se desarrolló con absoluta normalidad.
De salida, rumbo hacia La Fuente para desde allí dirigirse al puerto de los Peines, el popular Mirador de El Apartadero, y enlazar posteriormente con la senda del cerro de los Pinos.
El primer reagrupamiento tenía lugar en el paraje de la finca de los Baraza, junto a la autopista de Vera a Cartagena.
Desde aquí, rumbo a la pedanía cuevana de Grima para tomar en dirección al cerro argárico del Oficio y posterior ascensión hasta el cortijo de la Cumbre, lugar desde el que se tomaría la variante en descenso que conduce al puente de las Colmenas y la rambla de Pozo Esparto que se abandonaría posteriormente para abordar la variante ramblera que nos conduce a Cala Panizo.
El segundo reagrupamiento, en el límite territorial de Cuevas y Pulpí, junto al bar La Frontera de Pozo Esparto.
Tiempo de refresco y de avituallamiento y de nuevo en marcha por la senda litoral hasta San Juan de los Terreros.
Si hasta aquí el viento nos había favorecido la marcha en gran medida, a partir de la rotonda de la Venta la marcha se enlentece.
Los catorce kilómetros que restan por cubrir hasta el final de ruta situado en esta ocasión en Miskos se vuelven doblemente exigentes.
De un lado, el terreno en continuo ascenso hasta coronar la cuesta del Capitán; de otro, las continuas rachas de poniente que azotan por igual a todos los participantes.
El grupo se fragmenta y no queda más remedio que reagrupar al personal tanto en la barrera de inicio de la cuesta como en la ubicada en la cima.
A partir de aquí, a lo largo de toda la cañada del Capitán el viento vuelve a martirizar las exhaustas piernas bikeras.
No obstante, pronto aparece en la distancia el consuelo del final de etapa y ese acicate lleva a plantarse en el Polígono Industrial dando pedales a todo meter.
Miskos nos espera con una selección de manjares desprovistos de cualquier traza de "colesterol" aptos para recuperar los maltrechos cuerpos: habas kilométricas, ajos, "cascarujas", aceitunas, queso, jamón, tocino "ibérico" y todo ello regado con cerveza y vino a mogollón complementado con refrescos para los más prudentes.
Y como siempre, de colofón, el acostumbrado sorteo de regalos.
Esta vez, la suerte me depara con unas bragas Newbikers.
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