Si grande ha sido la aventura guazabikeña en tierras castellonenses, no menos ha resultado el recibimiento que la familia guazabike le ha dispensado a estos cinco Gigantes de Piedra a su llegada a Guazamara.
El Centro Social se vistió de gala para tal recibimiento.
Cohetes, pancarta de bienvenida -el viento impidió poder colocarla sobrevolando la calle-, aplausos y vítores, el omnipresente "we are de champions", abrazos, emoción contenida, algunas que otras lágrimas aflorando, brindis con cava, imposición de medallas y una fiesta familiar aderezada con sus pertinentes refrescos, cerveza y bocatas "confeccionados" a gusto de cada cual: chorizo, salami, queso...
Y entre bocado y bocado, de corro en corro, tiempo para que cada uno de los protagonistas nos deleitara con sus vivencias castellonenses.
Para todos ha sido una experiencia que difícilmente olvidarán lo mismo que el extraordinario acogimiento ofrecido en Alcora por la familia de Diego González.
Vaya mi felicitación y agradecimiento también para ellos por hacerles más llevadera y acogedora esta enorme aventura bikera de 190 kms.
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