Grandes, muy grandes, GIGANTES, inconmensurables. No encuentro adjetivo capaz de describir la gesta realizada en la jornada de ayer sábado por el Guazabike Team durante la celebración en tierras castellonenses de la II Volta al Gegant de Pedra, probablemente la ultrabike de un día más dura del territorio nacional.
Dieciséis horas y cuarenta y siete minutos de interminable y agotador pedaleo son culpables de tan tamaña aventura merecedora del correspondiente pasaporte de entrada en los pertinentes anales de las leyendas bikeras.
Dieciséis horas y cuarenta y siete minutos de interminable y agotador pedaleo son culpables de tan tamaña aventura merecedora del correspondiente pasaporte de entrada en los pertinentes anales de las leyendas bikeras.
Pedro Ávila -no pudo concluir la aventura aquejado de algún que otro problema mecánico-fisiológico-, Diego González, Paco Pérez, Simón Díaz, Pedro Quesada -nuestro antasbike reconvertido y "arropado" para la ocasión en guazabike- y Juan Terrones -un poco más y no le deja tiempo al del cronómetro a ponerlo en marcha -séptimo de la general con 11:58 horas- conformaban la expedición guazapulpileña que partía hacia tierras castellonenses en la jornada vespertina del pasado viernes.
Que las han pasado canutas, que han pedaleado hasta la extenuación, que se han acordado de más de uno, que se han "divertido", no me cabe la menor duda.
¿Volver? Considero que después de la expectación creada, del arrojo y valentía que ha mostrado este Guazabike Team, del acompañamiento familiar, el retorno al "Infierno" -así le llamaba Simón al término de la prueba- es casi obligado, sobre todo ahora que ya conocen el trazado y a buen seguro que más de uno de los que han seguido las peripecias y vicisitudes a través del "guasapeo" se unirán a la nueva aventura.
Es difícil superar el "share guasapero" vivido en la familia guazabiqueña a partir de las 21 horas.
Inquietudes e incertidumbres que no lograban desvanecerse.
Teníamos la certeza de que lograrían este reto tan descomunal, pero hasta que no apareció la foto "finisher" la emoción estuvo contenida.
La súbita aparición de la anhelada foto desató la avalancha de felicitaciones y parabienes.
Ahí, con un par de ..., muchas piernas y mejor cabeza. El mundo es guazabikeño.
Que las han pasado canutas, que han pedaleado hasta la extenuación, que se han acordado de más de uno, que se han "divertido", no me cabe la menor duda.
¿Volver? Considero que después de la expectación creada, del arrojo y valentía que ha mostrado este Guazabike Team, del acompañamiento familiar, el retorno al "Infierno" -así le llamaba Simón al término de la prueba- es casi obligado, sobre todo ahora que ya conocen el trazado y a buen seguro que más de uno de los que han seguido las peripecias y vicisitudes a través del "guasapeo" se unirán a la nueva aventura.
Es difícil superar el "share guasapero" vivido en la familia guazabiqueña a partir de las 21 horas.
Inquietudes e incertidumbres que no lograban desvanecerse.
Teníamos la certeza de que lograrían este reto tan descomunal, pero hasta que no apareció la foto "finisher" la emoción estuvo contenida.
La súbita aparición de la anhelada foto desató la avalancha de felicitaciones y parabienes.
Ahí, con un par de ..., muchas piernas y mejor cabeza. El mundo es guazabikeño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario