La primera vez que visitamos estos parajes quedamos gratamente sorprendidos y nos propusimos regresar.
Y este domingo hemos materializado la propuesta contando con la participación de Paco Pérez y Domingo Parra del "Guazabike team" -conocedores de este entorno natural-, junto a los "schleks" Vicente y Alfonso "Suna", Francisco Toledo, José Parra y Alfonso Jiménez desconocedores todos ellos de esta singular ruta.
De entrada, tras atravesar La Hoya, optamos por bajar hasta Los Arejos por la variante del cabezo Colorao en lugar de hacerlo por Puerto Carril.
Y es justo en esta bajada hacia Los Arejos donde se produce la incidencia de la jornada: los más intrépidos se la juegan en el descenso -algo menos complicado que en otras ocasiones debido a que las últimas lluvias han asentado el terreno- en tanto que el cuarteto formado por Alfonso, José Parra, Vicente "suna" y yo nos lo tomamos con mucha "filosofía".
Al llegar a la rotonda de Los Arejos nos encontramos solos. No logramos verlos. ¿Dónde estarán? ¿Qué ruta habrán tomado para llegar a la venta San Felipe?
Nuestro cuarteto se disgrega: Alfonso, Vicente y José abordan la variante de Los Arejos en tanto que yo opto por bajar hasta la rotonda de Puerto Carril y desde allí tomar la variante del circuito de karting.
Ni ellos ni yo hemos podido localizarlos: ¿Estarán esperándonos en la Venta San Felipe?
Llegamos y... ni rastro de los "perdidos".
Recibimos una llamada telefónica de Fco. Toledo. Vienen por detrás de nosotros. En la bajada del cabezo Colorao se han despistado y han cogido el camino asfaltado que se abre justo a la derecha en la confluencia con la rambla. Y allí seguían esperándonos.
Hemos perdido mucho tiempo y hoy, después de la jornada de ayer por la Sierra de Almagro, no está el personal para tirar cohetes.
Así pues, tras el reagrupamiento y las explicaciones pertinentes, ponemos rumbo hacia Tébar: primero por el camino de servicio paralelo a la autovía de Lorca a Águilas, después por el trazado de la vieja carretera de Águilas a Mazarrón y finalmente desviándonos hacia el valle de la rambla de Chuecos.
A partir de aquí se inicia la prolongada y tendida ascensión que ha de culminar, una vez realizado el pertinente
avituallamiento y salvada la senda en ascenso de enlace -ojo al vídeo- con el campo de romeros, en la zona boscosa de Tébar.
¡Qué paraje tan espectacular! Veredas salpicadas con raíces de los pinos que desafían nuestra estabilidad, caminos de servicio de los cortijos, casas y chalets construidos en el entorno, sendas de todo tipo.
Una auténtica gozada y lo más atrayente: descubrimos la existencia de nuevas sendas que se abren a nuestro paso. Volveremos a ellas. No queda más remedio.
Culminada la travesía de la zona boscosa, transitamos hacia el alto de Purias -550 metros- y desde allí, por rambla primero -otra vez el cañaveral nos obliga a doblar el lomo- y después por la vía de servicio de la autovía, hasta la venta San Felipe.
Me percato de que es muy tarde -alguien me comenta que son las 12.45 horas - y tengo que estar en Pulpí antes de las 13:30 para atender un compromiso familiar.
¡No me queda tiempo!
No digo ni pío -sólo se lo comento con Domingo Parra -. Me adelanto al grupo y pedales y más pedales.
Hacía mucho tiempo que no había "vivido" semejante incertidumbre.
A partir de aquí se inicia la prolongada y tendida ascensión que ha de culminar, una vez realizado el pertinente
avituallamiento y salvada la senda en ascenso de enlace -ojo al vídeo- con el campo de romeros, en la zona boscosa de Tébar.
¡Qué paraje tan espectacular! Veredas salpicadas con raíces de los pinos que desafían nuestra estabilidad, caminos de servicio de los cortijos, casas y chalets construidos en el entorno, sendas de todo tipo.
Una auténtica gozada y lo más atrayente: descubrimos la existencia de nuevas sendas que se abren a nuestro paso. Volveremos a ellas. No queda más remedio.
Culminada la travesía de la zona boscosa, transitamos hacia el alto de Purias -550 metros- y desde allí, por rambla primero -otra vez el cañaveral nos obliga a doblar el lomo- y después por la vía de servicio de la autovía, hasta la venta San Felipe.
Me percato de que es muy tarde -alguien me comenta que son las 12.45 horas - y tengo que estar en Pulpí antes de las 13:30 para atender un compromiso familiar.
¡No me queda tiempo!
No digo ni pío -sólo se lo comento con Domingo Parra -. Me adelanto al grupo y pedales y más pedales.
Hacía mucho tiempo que no había "vivido" semejante incertidumbre.
De la venta San Felipe a la rotonda de Puerto Carril el corazón no baja de las 174 rpm. y el velocímetro se mantiene por encima de los 32 kms. en una gran parte del trayecto.
Comienzo a revivir gestas pasadas pasadas. Sí puedo pedalear casi al 100% de mis posibilidades.
¿Y Puerto Carril? ¿A plato?
Opto por el plato intermedio y a garantizarme un ritmo de ascensión adecuado, nunca por debajo de los dos dígitos. Otra cosa bien diferente son las rpm. del motor. Hacía mucho tiempo que no superaba las 184 ppm y hoy he llegado a las 185. ¡El corazón se estaba volviendo muy señorito últimamente y apenas superaba las 166 ppm. comenzaba a dar señales de agotamiento! ¡Sufre, mamón!
Aquí, el cuentakilómetros hace milagros y rebasa los 40 kms./h.
Al final, me planto en mi casa con antelación a las 13.30 horas.
Así pues, compromiso cumplido y lo que es más reconfortante desde el punto de vista físico: he invertido menos de 45 minutos en realizar este tramo. Para mí, una auténtica proeza.
5 comentarios:
Don Francisco, aunque hubo el pequeño mal entendido para llegar a la Venta de San Felipe, la ruta, como siempre muy buena.
Gracias
No cabe duda: la jornada extraordinaria en todos los sentidos: buen tiempo, buena compañía y mejor rollo. ¿se le puede pedir más?
He subido los vídeos de las dos últimas jornadas y nadie dice ni pío. ¿Qué le pasa al personal?
Los videos están de p.m. aunque dejan en evidencia algunas caidas tontas como la mia. jejejeje
Vicente, lo tuyo no se puede calificar de caída. Por lo que ví en directo y se observa perfectamente en el vídeo es falta de confianza en las piernas.
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