Esta situación climatológica no hay quien la aguante.
Si realmente queremos sufrir a lomos de las bicis y no morir en el intento, no nos queda más remedio que salir temprano y recogerse cuanto antes.
Así pues, en contra de lo escrito la pasada semana, seguimos avanzando la salida. A partir de mañana, otra vuelta de tuerca a las manillas del reloj: ¡A las ocho escopeteados!
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