Hay cosas que por más que se analicen resultan inexplicables y hoy me ha tocado.
En primer lugar, nada más llegar a Carboneras, descubro que he olvidado llevarme el maillot. No me queda más remedio que salir del paso con la camiseta conmemorativa de la II Quedada.
En segundo lugar, la morrocotuda sorpresa que me he llevado en el transcurso de la III Quedada organizada por el CDC Carboneras.
Aparentemente la zona no revestía ninguna dificultad. Acabábamos de completar el tramo de la antigua vía férrea destinada al transporte de mineral desde Lucainena a Carboneras y me he adelantado al grupo con objeto de captar fotos mientras los bikers "negociaban" una zona en descenso con abundante material suelto.
Concluido el paso de todos los bikers, monto en mi Rush y me dejo caer para reagruparme y... sin saber cómo ni por qué el manillar se me ha cruzado y he salido despedido por delante de la bici y he dado unas cuantas volteretas.
¡Un porracito con suerte!
Así ha sido porque excluyendo dos erosiones en rodilla y brazo derechos -los primeros en besar la tierra- no me ha pasado nada más.
Abundante agua -la "camella" aún estaba intacta- para limpiar las solladuras, recogida de las vituallas y de la cámara de fotos que se habían solidarizado conmigo y de nuevo en marcha.
Poco más tarde, Coque comunica a José Manuel Caparrós -hoy prestando servicio con la Policía Local- que precisaba material para curarme y... en el cruce con la carretera de Aguamarga me ha atendido debidamente: nuevo lavado de la herida, un chorreón de betadine y ... andando en dirección a la senda del Plomo.
Al margen de esta incidencia y de algún que otro pinchazo, la jornada ha resultado espectacular: una treintena de bikers, sol por doquier acompañado de una ligera - a veces mucho más que brisa- de levante, un recorrido en su mayor parte nuevo para mí en el que se ha combinado el asfalto con los caminos de tierra, unas sendas espectaculares -algunas nos han obligado a poner pie a tierra para poder salvarlas, algunos tramos de ramblas y algún que otro barranco.
En definitiva, que ha habido de todo como en botica y lo mejor de todo reinando un ambiente extraordinario entre los participantes culminado con un refrigerio final y obsequio de la camiseta oficial de la III Quedada.
¿Y qué decir de la representación pulpileña?
Se ha echado en falta a algún que otro biker, pero el cuarteto que se ha desplazado -Alfonso Jiménez, Gabriel Cervantes, Abderrazak Moujib y este sufrido narrador- ha disfrutado al máximo de una excelente y bien organizada jornada bikera.
Y atención a la próxima quedada organizada por el club nijareno "Incasablesbike" de San Isidro para el próximo día 10 de julio con recorrido por el entorno del parque natural de Cabo Gata-Nijar.
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