Esa es la apreciación que habréis deducido quienes asiduamente seguís este blog, pero no es así.
Lo que sucede es que a veces uno no encuentra "la pluma, el tintero o ambas cosas.
La vida puede resultar tan compleja como queramos y a veces se vuelve compleja aún sin desearlo.
Unas veces de forma caprichosa y en otras, sin mediar caprichos, sino obligaciones.
Y esto último es lo que ha dado al traste con mi vena literabike .
Pero que nadie crea que un fin de semana como el pasado va a quedar olvidado en el "tintero".
No, no, en absoluto. Aunque, eso sí, sin información gráfica añadida por cuestiones insolayables de orden técnico: no hay modo de poder descargar las fotos capturadas con el móvil.
No, no, en absoluto. Aunque, eso sí, sin información gráfica añadida por cuestiones insolayables de orden técnico: no hay modo de poder descargar las fotos capturadas con el móvil.
Nada. Ni por cable, ni por USB, ni por "blutú". Guardaditas en la memoria del dichoso teléfono. Algún día verán la luz.
Sábado, 12: "Con zapatitos nuevos"
Tras mi paso -mejor dicho, de la bici- por el taller, la jornada del sábado iba de estreno.
Reparación del núcleo de la rueda trasera -se había hecho mandinga en la jornada mojaquera- retoque en los rodamientos del pedalier, sustitución de cadena y piñones, cambio de neumático trasero y, lo más anhelado, sustitución de manillar.
Con estos argumentos iniciaba la jornada del sábado: muchas novedades que había que ensamblar y lo más importante asimilar "bikeando".
Y ello en una ruta que iniciábamos sin grandes pretensiones excepto las de rodar y hacer kilómetros.
De entrada, rumbo a Benzal, hacia el canal del trasvase Tajo-Segura-Almanzora.
Una vez en el canal se decide tomar la rambla de Las Norias en dirección a Góñar para desde allí dirigirnos a Puerto Lumbreras.
Sin problemas de ningún tipo -no había motivo aparente para ello- pedaleo y más pedaleo salpicado por el bello espectáculo ofrecido por los almendros en plena floración.
Y como suele ser habitual, rambla abajo de Puerto Lumbreras, fotos, avituallamiento, cuidados prostáticos... antes de retomar el descenso hacia la venta Ceferino donde Abderrazak determina que la dirección a seguir pasa por el paraje de La Piscina.
Un incidente mecánico en la bicicleta de Toni Parra nos obliga a hacer un alto en el camino.
La rápida intervención mecánica apenas hace perceptible el problema.
De allí a Almendricos es visto y no visto.
Acordamos afrontar la vuelta a Pulpí a través de la variante que hemos bautizado como "Sora" en clara alusión a Luis Díaz "Sora" propietario de la finca por la que discurre el camino y de paso facilitar el acercamiento de Juan Gabriel Cervantes a su domicilio de Pozo Higuera.
Vamos, matar dos pájaros de un tiro como se dice habitualmente.
Al final, poco más de 60 kms. muy placenteros pensando en la jornada del domingo.
Y con la sensación de que los cambios introducidos en mi bici me van a reportar muchas alegrías, sobre todo a la hora de abordar las bajadas y trazar las curvas.
Este manillar -igual que me sucede en la Rush- me da mucha confianza.
Domingo, 13: el desafío de la variante Arejos-Gorreta
Pocos bikers en la salida matinal dominical: Alfonso Jiménez, Sebastián Pérez, Aderrazak Moujib y la sorpresiva presencia de Domingo Parra que una vez más ha subido desde Guazamara para sumarse a nosotros.
A pesar de estar en temporada de puesto, en cierta forma nos aventuramos a realizar las variantes del Aguilón -camino de villa Petronila a El Mirador- y del Cerro de los Pinos.
Tenemos la fortuna de no molestar a nadie -al menos esa es la impresión que nos llevamos al no haber recibido ninguna alerta de los cazadores.
Nos aventuramos con una nueva variante, la de la cañada de Grima que nos deja a las "puertas" de Grima.
Nos aventuramos con una nueva variante, la de la cañada de Grima que nos deja a las "puertas" de Grima.
Desde aquí, después de un intercambio de opiniones sobre rutas alternativas, nos dirigimos a Pozo Esparto y por la senda costera hasta el parque periurbano de Terreros.
Alto en el camino para reponer fuerzas y... ¡milagro! Las palmeras presentan un aspecto envidiable, han sido taladas.
¿Habrá tenido algo que ver en ello la denuncia que formulé en su momento en este blog?
No lo sé, pero ahí están, taladitas.
A partir de aquí optamos por poner rumbo hacia Los Arejos, pero esta vez por la variante de Cañada Blanca.
A nuestro paso, los vestigios de la antigua explotación minera de cinabrio, las nuevas plantaciones de mango, el puente de las Pulgas y... cambio de planes.
En lugar de subir a Los Arejos rambla arriba, optamos por la variante que discurre paralela a la autopista Vera-Cartagena.
Al llegar a la rotonda de Los Arejos, Domingo Parra -se quedará allí a comer en la casa de sus suegros- decide subir acompañando a Alfonso hasta Puerto Carril en tanto que Abderrazak, Sebastián y yo iniciamos una persecución por la variante de las tuberías de la Comunidad de Regantes de Águilas.
Nuestro objetivo, dar alcance a tres bikers que acabamos de vislumbrar en la lejanía transitando por este camino en dirección a Gorreta.
Nos empleamos a fondo y al final logramos darles alcance en la confluencia de la bajada de Gorreta.
Son aguileños y su rumbo es contrario al nuestro por lo que después del saludo y el intercambio de impresiones iniciamos el asalto a Gorreta.
Sebastián se enfrenta por primera vez a este desafío y a tenor de su respuesta física deduzco que no hay nada que lo achante.
Tras coronar Gorreta, el descenso hacia Pulpí lo hacemos a través de las fincas de naranjos de la Hoya, momento que aprovechamos para "comprobar" el grado de madurez de tan preciada fruta, máxime después de una cincuentena de kms. a la espalda.
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