Resulta dífícil de entender cambios tan bruscos en las condiciones meteorológicas como los vividos este fin de semana.
Si durante el sábado predominó la sensación de frío, en la jornada matinal del domingo tuvimos que soportar y, a veces, sufrir las inclemencias del viento de poniente que en el tramo final del recorrido nos azotó de lo lindo.
Aún así, sabiendo que el viento se convertiría en protagonista indiscutible, a la hora acordada partíamos en dirección a El Aljibejo.
En esta ocasión contando con la "inesperada" presencia de Francisco Toledo a lomos de su última máquina, su Epic, y con Juan Fco. Baraza, Alfonso Jiménez, Patricio Rguez. y Antonio Oller elegimos el abrigo del cauce de la rambla Nogalte para protegernos del viento e ir ascendiendo paulatinamente metro a metro hasta la fuente de El Algibejo, lugar de parada obligada.
Posteriormente, tras un breve alto para contemplar el "santuario" de las vírgenes del "recodo" , retomamos el camino de ascenso rambla arriba, momento en el que comenzamos a cruzarnos con una "marabunta" de bikers que descienden frenéticamente rambla abajo.
Al coronar el collado, optamos por cambíar el itinerario habitual y descendemos hacia el valle, buscando el paraje de Tébar.
El prolongado descenso comienza a jugar una mala pasada a las pastillas de frenos de algunas bicis, circunstancia que se traduce en penetrante olor a "chamusquina".
Para ventilar las pastillas, al llegar al cauce de la rambla -la misma por la que descendimos desde el alto de Purias la pasada semana, nos detenemos para avituallar y cambiarle el agua al ...
A partir de aquí, manta y carretera hasta alcanzar la venta San Felipe, punto a aprtir del que comenzamos a sufrir realmente al tener que enfrentarnos al viento de poniente salpicado de rachas muy fuertes que en algún que otro momento nos complica la estabilidad sobre nuestras monturas.
Así pues, al llegar a la rotonda de los Arejos, creyendo -maldita creencia- que la montaña nos protegería del viento, optamos por la "variante de las tuberías", pero por su nuevo trazado.
Y si éramos pocos, parió la abuela: nada más pisar el nuevo camino, pinchazo en la rueda delantera -sin protección tubeless- que me obliga a echar mano de la cámara de repuesto y hete aquí que surge el segundo problema: al intentar darle aire fastidiamos el "bufillo" y a tomar viento la cámara.
Fco. Toledo se presta a auxiliarme y problema resuelto. A pedalear y pedalear por los continuos toboganes de la nueva ruta.
Aquí pasamos los peores momentos de la jornada. ¿Qué manera de soplar el poniente! ¡Qué golpes de viento!
¿Y la subida de Gorreta? Otra odisea. Cuesta arriba y con el poniente de cara se hacía prácticamente imposible subir. Aún así, con las fuerzas necesarias y el coraje requerido, todos arriba y algún que otro vídeo del momento.
Al final, algo más de 41 kms. realizados a una media de 15 kms/h.