miércoles, 30 de diciembre de 2009

Bordeando Sierra Almagro o cómo evitar darse un palizón

Con la puntualidad de un reloj suizo "adelantado" en algo más de 5 minutos con relación a la hora acordada -había ganas de comenzar la andadura- nos disponemos a emprender las 4 horas de marcha que consideramos son necesarias para abordar nuestra particular Transalmagro: Subir a Huércal, bajar por la variante de Santa Bárbara, subir a Huércal la Vieja por la variante del lecho del río, acometer la subida a La Rellana y caer a El Saltador por la cuesta del cortijo del Grajo para desde allí desandar el camino hasta Pulpí.
Al llegar a la rambla de El Saltador, además de un frio insoportable,  descubrimos atónitos un lamentable espectáculo "caucheril": cientos de neumáticos arrojados en el camino, hasta tres montañas diferentes. ¿Cómo es posible tan singular desprecio por el medio ambiente?


Tras este incidente, convenientemente captado, proseguimos el descenso rambleril jugueteando con los regatos de agua que salpican el recorrido. Una gozada a la vez que nos ponemos como auténticos "marranitos" cubiertos de agua y lodos por todos lados.

Abandonamos la rambla y subimos en dirección a la variante que nos llevará a Santa Bárbara.



A Pepe le ha encantado esta zona ¿Parecida a Formentera?
Mientras vamos circulando por esta zona en la que los pìnos se convierten en compañeros de ruta,Francisco Toledo argumenta que tal vez sería más conveniente abandonar la idea inicial de laTransalmagro y completar la ruta bajando hacia Cuevas por la margen derecha del río Almanzora.
Como sé que Pepe desconoce la zona de la Ballabona, del campico de San Miguel -después he sabido que igual le sucedía a Francisco Toledo- hay unanimidad de criterio: al abordaje.
Después de superar algún tramo en mal estado -las lluvias han destrozado la superficie del camino de subida -con desnivel del 16%, en la cumbre del alto, tiempo para reponer fuerzas y contemplar un bello panorama con el valle del río a nuestros pies y la Sierra de Almagro al frente.




Nos encontramos prácticamente a mitad de la ruta y las dificultades -los temibles toboganes de la margen derecha que nos quedan por abordar se pueden contar con los dedos de una mano.
Sorpresa matinal: Éramos pocos y parió la abuela. Lo que nos faltaba para completar la jornada. Al pasar por El Alhanchete nos sorprenden las primeras rachas de viento ¿poniente? No hay modo de adivinarlo porque comienza a darnos por todos los flancos. ¨
A ver si no coge de culo y llegamos en un "pis pas".
A partir de aquí se trata de dar pedales y cuando lleguemos a algún "manantial de vitamina C" hacer un alto en el camino para reponer energías. Dicho y hecho. Parada en una finca de mandarinos -es lógico que obvie el nombre de la finca para salvaguardar nuestra identidad.
Al llegar a El Largo, camino de las 3 horas y media de pedaleo, optamos por abandonar la tierra y terminar de machacarnos el ya maltrecho "body" por asfalto.
Al final en lugar de Transalmagro, se ha realizado la "Bordealmagro".
Mi Cateye dice que hemos recorrido 71.14 kms. en 4 horas y 4 minutos. Es decir, 17.4 Kms. de media.
Y mañana para poner broche final a la temporada volveremos a salir. Inicialmente sin rumbo. Adonde los pedales nos lleven y las piernas sean capaces de aguantar. 

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