Sin haberle concedido prácticamente tiempo a que los excesos gastronómicos de Nochevieja y Año Nuevo hayan hecho mella en nuestros maltrechos organismos, nos hemos concedido la dicha de comenzar el arduo trabajo de la recomposición de nuestra deteriorada figura.
Para ello, junto a José Cabrerizo que un año más como el buen turrón ha vuelto a casa por por Navidad, José Caparroz, Juan Pascual y Antonio Oller hemos dado cuenta sin grandes esfuerzos del primer recorrido de 2016.
Un recorrido harto conocido y transitado por todos nosotros y que partiendo desde la habitual sede de la Policía Local nos ha llevado por el paraje de La Hoya hasta el paso de Gorreta, punto en el que hemos optado por continuar por la senda que se nos abre a nuestra izquierda nada más dejar la zona del camino recién asfaltado.
Un recorrido harto conocido y transitado por todos nosotros y que partiendo desde la habitual sede de la Policía Local nos ha llevado por el paraje de La Hoya hasta el paso de Gorreta, punto en el que hemos optado por continuar por la senda que se nos abre a nuestra izquierda nada más dejar la zona del camino recién asfaltado.
Concluida la senda, enlazamos con el trazado del camino popularmente conocido como de las tuberías sobrevolando la autopista de peaje Vera-Cartagena.
Al llegar a la rambla de Los Arejos nos encaminamos hacia la carretera de acceso a Los Arejos si bien antes de llegar a la pedanía aguileña optamos por "atrochar" por la variante en subida que enlaza posteriormente con la otra variante del camino de las tuberías que conduce hasta la carretera de la Venta San Felipe a Puerto Lumbreras.
Llegados a este punto tomamos la senda en dirección contraria que forma parte del recorrido de la maratón de MTB de Águilas hasta alcanzar finalmente la gasolinera de la Venta de Tébar.
Desde allí, por asfalto, nos dirigimos hacia la cuesta de la Cabra para posteriormente girar a izquierda para dirigirnos hacia Águilas a través del camino de Las Palomas.
A través de la variante de la desaladora enlazamos con la carretera de la variante de Águilas para finalmente encaminarnos hacia Mercadona y desde allí al otrora Hotel D. Juan.
En la playa de la Casa Verde realizamos el alto gastronómico matinal para que cada cual dé cuenta de sus viandas antes de proseguir la ruta siguiendo el itinerario del denominado GR92, conocido en el argot betetero como "ruta del marisco".
Intentamos infructuosamente de salvar el sendero de Calareona sin echar cuerpo a tierra y superadas las dificultades no encaminados hacia la bajada a las Cuatro Calas, pero un error al abordar el camino nos lleva hasta el espectacular mirador panorámico de las Cuatro Calas desde el que se divisa todo el entorno de la costa hasta el promontorio del castillo de Terreros.
Intentamos infructuosamente de salvar el sendero de Calareona sin echar cuerpo a tierra y superadas las dificultades no encaminados hacia la bajada a las Cuatro Calas, pero un error al abordar el camino nos lleva hasta el espectacular mirador panorámico de las Cuatro Calas desde el que se divisa todo el entorno de la costa hasta el promontorio del castillo de Terreros.
Al llegar a la casilla de los peones camineros de Terreros propongo saltarnos el habitual paso por el centro de Terreros y realizar una variante que une la casilla con la urbanización del Mirador a través de la cañada existente.
En este recorrido -nuevo para todos- la mayor parte discurre por el camino existente si bien en el tramo final el camino desaparece y nos vemos obligados a seguir el itinerario guiados por nuestra intuición.
Salvada la urbanización, desembocamos en el camino que nos lleva a la rambla de los Pérez y desde allí pasando junto a la EDAR hasta Jaravía.
La última dificultad de la jornada nos la ofrece la cuesta del Capitán en la que opto por subirla a "plato" a ver qué tal responden las piernas.
Ni que decir tiene que el esfuerzo ha pasado factura, circunstancia que me ha obligado a ponerme a rueda de Antonio y José Cabrerizo para llegar a Pulpí sin tener que partirme el pecho contra el viento de poniente que nos ha acompañado en el tramo final de esta primera salida del año.
Lo mejor de la jornada, la buena compañía y la diversidad de superficies de rodadura en las que hemos combinado el asfalto con la tierra, los caminos con las sendas, las zonas difíciles con las fáciles, las subidas con las bajadas, el interior con la costa, lo conocido con lo desconocido, la mañana primaveral con el insoportable poniente.
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