Desde que Alfonso González "Suna" me comentó de que habían abierto "una senda muy técnica y para valientes en el cerro Los Pinos" no había dejado de darle vueltas a la cabeza.
Y mira por donde, la ocasión la han pintado calva esta misma mañana.
Mientras que un grupo bikero ha optado por una ruta más liviana con El Algibejo como objetivo, nosotros -Vicente, Alfonso -el padre de la senda-, Cristóbal, mi hijo Fco. José y yo- nos hemos decantado por "evaluar" la afirmación de Alfonso.
La verdad es que tiene razón en parte. La senda, trabajada a "pico y pala", es muy técnica, pero no es para valientes.
En absoluto. Quien acometa esta senda, tal y como se encuentra ahora mismo en estado semivirgen, no es valiente, está loco, loco de remate, fuera de sus casillas.
Las dificultades del acceso inicial una vez sobrepasado el inmenso pluviómetro que jalona la senda, crecen esponencialmente a partir del momento en el que la piedra y la roca hacen acto de presencia.
Desafortunadamente en esta zona poco se puede hacer por mejorar el trazado, pero para eso existe el "sendebikeo".
Una vez concluida, con la adrenalina estabilizada, la impresión es muy placentera, aunque habrá que seguir "abriendo" senda cada vez que se tercie.
Y si las dificultades de la senda del "pluviómetro" no eran pocas, hemos optado por sumarle las propias de la cañada de Los Estrechos.
Hacía algún que otro año que no bikeaba por este entorno ligado a La Capellanía de Grima y lo he encontrado como siempre o tal vez con zonas de roderas muy deterioradas por el paso de las motos y la acción de las escorrentías de las aguas de lluvia!
Y llegados aquí, depués de la aventura de Los Estrechos, Cristóbal nos abandona por un problema técnico irresoluble en el sillín "carbonizado" de su Mérida.
Guiados por Vicente y Alfonso descubro un atajo "cabrero u ovejero" que nos deja en las inmediaciones del túnel de la rambla de Castillaricos a a su paso por la variante de Los Lobos.
Como cabras y con las bicis a cuestas salvamos el desnivel de la rambla a la carretera y nos encaminamos por la variante que se abre frente al área de descanso de Los Lobos -desconocida para Vicente y Alfonso- hacia la rambla de Los Pozos para acometer el camino de ascenso del barranco de La Guzmana que finalemente nos ha conducido hasta la crestería del Jaroso.
Se trataba, tal y como se hizo ayer, de realizar la senda que por la crestería sobrevuela el barranco del Jaroso si bien en sentido inverso, de Norte a Sur.
Sin lugar a dudas, el tránsito del sábado ha permitido que hoy la senda presentara un aspecto más "despejado" de vegetación, aunque hoy también hemos realizado algún que otro trabajo de silvicultura serrana, acción que contribuirá a que el próximo paso sea más visible a la par que resulte mucho más liviano.
Concluida la travesía de la crestería, como aún estábamos "frescos", tras descender vertiginosamente por el camino del Jaroso hasta la rambla de Los Lobos, el siguiente objetivo ha sido abordar las sendas de La Capellanía en sentido inverso.
Subida por carretera hasta el alto de Castillaricos e inicio del tramo de senda en toda su extensión.
Alfonso, dando muestras de su fortaleza física -esto le sucede desde que en su trabajo no utiliza elevadores hidráulicos para mover y reparar los aperos agrícolas- ha osado con éxito total ascender sin poner pie a tierra todo el tramo.
Y no conforme con hacerlo una vez, lo ha realizado dos veces consecutivas.
El resto del recorrido, una vez alcanzado el cerro del Oficio, ha sido pedalear y pedalear para volver a casa en las mejores condiciones posibles para poder llevarme algo a la boca.
Comer sí que he comido, pero lo que es ganas de montarme en la bicicleta se me han quitado por lo menos hasta el sábado.
Así que nadie me "tiente" para volver a pedalear mañana lunes, día de Reyes. Detalle del recorrido: Cerro los Pinos-senda pluviómetro-cañada Los Estrechos-La Guzmana-crestería Jaroso-Jaroso-Vte sendas Grima-La Fuente
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