Jornada matutina memorable la del Jueves Santo.
¿Quién iba a pensar que el personal llevara vida tan pecaminosa?
Cerca de cinco horas de penitencia han sido necesarias -en el caso de los bikers pulpileños, algún tiempo más para el Lapierre Team de Guazamara- para expiar tanto pecado de los que nos hemos tenido que ir desprendiendo en los cerca de 80 kms. recorridos -el Lapierre Team debe haber brincado el centenar- y los más de 1800 metros acumulados según ha reflejado mi Garmin a pesar de que, incomprensiblemente entre el Km. 15.67, a la altura de la venta San Felipe, y el 16,01, en plena cuesta de la Cabra, no ha recogido información y se ha limitado a unir ambos hitos con un trazo recto tal y como tiene acostumbrado el aparatito.
¿Cuántos kms. no registrados? Creo que en torno a 3 kms.
De salida, con algo de retraso con relación a la hora anunciada porque Pepe Cabrerizo no se había enterado del adelanto horario de hoy y hemos tenido que esperarlo, ponemos rumbo - Francisco Toledo, Pepe Cabrerizo y este bloguer junto a Domingo Parra, Simón Díaz y Diego González que ya venían rodados desde Guazamara- a Puerto Carril a través de La Hoya.
Habíamos quedado en agruparnos a las 9:15 horas en la Venta San Felipe con Pedro García y cía - Javier e Iván- que subían desde Águilas.
Y lo hemos conseguido con cierto margen -sólo 40 minutos.
La subida hasta el collado Franco -hoy me ha dicho Iván y corroborado por mi GPS que así se llama el collado de la divisoria entre la Cuesta de la Cabra y la Cuesta de Gos- se ha realizado a muy buen ritmo.
La subida hasta el collado Franco -hoy me ha dicho Iván y corroborado por mi GPS que así se llama el collado de la divisoria entre la Cuesta de la Cabra y la Cuesta de Gos- se ha realizado a muy buen ritmo.
De allí hasta la rambla de la Cuesta de Gos todo a ido a pedir de boca, si bien, nada más tocar la rambla, el infortunio ha querido que Pepe afilara rueda con Toledo y "se bajara" por delante de la bici destrozando el sillín de la bici.
Una reparación de urgencia aprovechando la cinta aislante con la que Simón tenía adherida una cámara de repuesto al cuadro de su bici nos ha permitido continuar la ruta prevista, si bien a partir de aquí Pepe ya no se ha encontrado a gusto sufriendo sus riñones más de la cuenta.
Hoy La Pinilla parecía estar de fiesta a tenor de lo visto: bikers descendiendo a toda pastilla, un grupo de senderistas aguileños ascendiendo plácidamente y otro bastante numeroso y heterogéneo -niños, jóvenes y adultos- dando cuenta de las vituallas de sus mochilas de igual modo que hemos hecho nosotros
La senda de descenso hacia la carretera de Mazarrón hoy presentaba un aspecto extraordinario a raíz de las últimas lluvias que han mullido el terreno por lo que apenas nos hemos tenido que bajar de la bici en este tramo.
Alcanzada la carretera, hemos puesto rumbo hacia el cruce de subida hacia Campo López y en este punto Toledo y Pepe han considerado que ya no tenían pecados y nos han dejado al resto vagando por el purgatorio del campo de los Lirias.
Y tras la cañada de los Lirias, acometemos la última dificultad de la jornada para dar cuenta de la senda del Búho.
En el tránsito por la cañada Azul -por aquello de que está poblado de romero-, Iván acompañado de Javier comienza a dar muestras de fatiga.
El grupo se recompone al inicio de la zona de sendas y desde ahí hasta la llegada a la zona de la autovía de Águilas a Lorca frente al campo de golf del Lorca Resort se trataba de disfrutar al máximo de las sendas y veredas existentes.
Ni que decir tiene es que en esta zona resulta difícil no toparse con alguna dificultad y tener que "bajarse" por delante del manillar como le ha sucedido a Javier en pleno descenso al no poder evitar tropezarse con un inoportuno pedrusco que invadía la trazada o a Iván que no se ha dejado el casco en una traicionera rama de pino de chiripa.
La llegada a la autovía y la hora del día ha supuesto la fragmentación obligada del grupo: Javier, Iván y Domingo hacia el alto de Purias para dejarse caer hacia la Venta San Felipe y desde allí dirigirse a Águilas y Los Arejos respectivamente; el resto lo hacemos hacia Purias para, camino de la Torre y carretera abajo, plantarnos lo antes posible en La Escarihuela -caso de Pedro-, en Pulpí en mi caso, y en Guazamara -Simón y Diego.
En este tramo, el tío del mazo se ha unido a Simón al que he tenido que "avituallar" en ruta para intentar recuperarle del estado de extenuación en que se encontraba después de haberse liberado de tantos pecados.
Y lo mejor de todo es que el Guazabike Team tiene preparada una ruta "dura" para este próximo domingo.
Después del palizón de hoy ¿habrá quién se atreva a confesarse de nuevo?
Detalle de la ruta de la expiación pecaminosa: Mayorales-Pinilla-La Carrasquilla
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