¡Y en solitario! He esperado el tiempo de cortesía, amparado en los tibios rayos matinales, pero nadie ha hecho acto de presencia.
No me quedaba más remedio que oficiar una vez más de llanero solitario y como tal me he metido entre pecho y espalda otros 61 kms, al ritmo que me han permitido los factores climatológicos.
En la primera hora, pedaleando contra un frío del carajo, ni más ni menos que 23.4 kms., sin embargo, a partir de aquí, la velocidad ha caído en picado -el puñetero viento del norte me ha castigado de lo lindo a lo largo de toda la costa a partir de Villaricos- hasta acabar la jornada en algo más de 18 kms/h.
Paseo de Pozo Esparto azotado por el viento |
De salida, me encuentro con la sorpresa del hielo. Allí donde hubiera un atisbo de agua acumulada se había transformado en hielo.
Charco de agua helada |
A mi paso frente al termómetro de la farmacia contemplo que sólo marca 1º y la temperatura no debía ser errónea porque, a pesar de los guantes, no sentía los dedos.
Hoy, como casi siempre que salgo solo, he ejercido de aventurero y he transitado por una nueva variante -la que une el camino de la Media Legua en Tegefín con el de las Cuatro Higueras en Burjulú.
La precisión de las indicaciones que me dio mi amigo Salvador Campos han contribuido al éxito de la travesía.
Asimismo he descubierto la impresionante y espectacular cala del Peñón Cortado.
Cala del Peñón Cortado |
Del resto de la jornada poco más que contar. El Calón, Cala Panizo, Pozo Esparto y subida por la rambla para enlazar con el camino de Grima.
Hacía muchísimo tiempo que no hacía estos 3 kms. de subida hasta el collado de La Cumbre. Creía que el fuerte viento anortado que me ha acompañado desde Villaricos me jugaría alguna mala pasada en esta subida, pero no ha sido del todo así.
Es más en algún tramo se ha puesto a mi favor y me ha dado por "c...", circunstancia ciclista que siempre se agradece, sin embargo, en el último tramo, salvado "el palacio" de la cumbre, me las he visto y deseado hasta con el molinillo para poder superar la cuestecilla.
Y lo peor quedaba por llegar. Desde Grima a Pulpí he tenido que librar una auténtica batalla contra el gélido "Eolo" y encima con alguna que otra cegadora nube de tierra.
Y la última sorpresa de la mañana la he encontrado junto a mi casa, en la huerta.
Una minúscula perforación en una de las tuberías de riego ha generado durante la noche una auténtica obra de arte en hielo.
La nubecilla de agua microaspersada se ha ido congelando conforme entraba en contacto con las plantas situadas dentro del área de rociado generándose progresivamente unas caprichosísimas y níveas obras de arte que pasado el mediodía aún se mantenían en perfecto estado.
¿Mañana domingo?
Siento mucho no poder salir, pero a partir de las 9 pongo rumbo a Cádiz para participar durante el lunes y martes en las XII Jornadas que organiza la Asociación de Directores de Andalucía.
4 comentarios:
Me cag..chis en él que no te quiera
eres un artista, la foto es de premio
pero montarse en la bici con la que
estaba cayendo no es para menos.
felicitations mon cheri, a bientot.-
Qué máquina eres. Este año te vas a poner hecho una moto.
Un saludo de tu compi del instituto.
Hola Paco, esta mañana he visto la voz de Almeria y sales en una foto de la prueba del Toyo, echale un vistazo.
Gracias, Diego:
Esta tarde cuando he llegado a casa mi mujer también me lo ha dicho.
La foto me trae gratos recuerdos porque se corresponde a tres o cuatro años atrás cuando disputaba el Open de Almería.
Aquello del rallye pasó a la historia.
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