¡Espectacular! Considero que es el mejor calificativo que le podemos otorgar a la jornada que de la mano de Gerardo y Matthew hemos vivido hoy por los parajes de la sierra de Bédar.
Y ha sido espectacular no sólo por el trazado de la ruta -impresionante el valle minero- sino también por la respuesta de los bikers participantes.
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42 intrépidos bikers |
He intentado en dos ocasiones diferentes descubrir cuántos éramos, pero mis cálculos no han llegado a coincidir por lo que he tenido que echar mano de la tecnología digital de la foto de partida: 42 bikers con diferentes niveles y con las únicas pretensiones de disfrutar a lomos de las bicis de las bellezas de la naturaleza a la par que conocer y estrechar lazos de amistad.
Y todo esto se ha conseguido gracias a la propuesta de nuestros compañeros bikers mojaqueros Gerardo y Matthew.
De entrada, alguna que otra "disfunción horaria" por no decir retraso con relación a la hora prevista -ha merecido la pena esperar.
La ruta se inicia buscando la rambla de Los Gallardos -bajo el puente de la carretera, fotos de rigor- en dirección a Bédar.
A su finalización, "picando" lo suficiente para que los poros comiencen a manar, se nos abre paulatinamente el trazado de la vieja vía férrea que conducía el mineral de las minas de Bédar hasta el puerto de Garrucha.
Un inconveniente mecánico de Guerry nos obliga a detenernos en el encuentro con la carretera de subida a Bédar. Momento propicio para el primer reagrupamiento de la jornada.
A la altura del cargadero de mineral "los Tres Amigos", -hoy he localizado su nombre- dejamos la carretera y giramos a la izquierda para tomar el camino de ascenso que nos llevará hasta el primer túnel de la jornada, el "Servalico" según he podido leer posteriormente, el de mayor longitud con diferencia -más de 200 metros-, circunstancia que nos obliga a salvarlo con la ayuda de las linternas que los más precavidos han traído consigo, en algunos casos con acoples de auténtica ingeniería mecánica.
¡Cómo se notan "las luciérnagas" noctámbulas!
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El valle minero |
Y a partir del túnel, lo mejor de la jornada sin lugar a dudas.
Huertas por doquier en torno a la rambla Serena, impresionantes vistas del barranco minero del Pinar de Bédar, descenso vertiginoso, nuevos túneles y como colofón una senda espectacular sobrevolando el barranco Baeza.
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Que cada cual suba como pueda |
Y al final de la senda, tras pasar por delante de las tolvas Vía Vulcano, la primera gran dificultad de la jornada. No queda más remedio que echar pie a tierra y "escalar" un pequeño tramo antes de comenzar una prolongadísima subida que nos devolverá a la misma cota del primer túnel que no al mismo lugar.
Las dificultades determinan que aquí se produzcan las primeras diferencias de tiempo de la jornada.
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Segundo agrupamiento |
Los más fuertes aprovechan el tiempo para "relajar la musculatura" en tanto llegamos los demás: segundo reagrupamiento de la mañana.
Y a seguir subiendo, por asfalto en el tramo inicial y por tierra suelta en el final, en dirección al Campico de Lubrín.
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Se acaba el asfalto y comienza la tierra |
¡Lo que ha costado coronar el alto de la divisoria de las vertientes de Bédar -con Los Pinos en el fondo del valle- y de Lubrín con El Campico de telón de fondo.
Tras un largo y polvoriento descenso, hacemos un alto para "abrevar" y "manducar" en tanto llega el grupo más rezagado.
¡Qué agua tan buena mana en estos parajes!
De las avispas no hablo porque hoy, excepto a Vicente, ¿otra vez? se han portado generosamente con nuestros cuerpos.
Tercer reagrupamiento y lugar idóneo para la "diáspora" final.
A la derecha, enlace con la carretera de Lubrín a Bédar y Los Gallardos -sólo hay que dejarse llevar para regresar al punto de aprtida; a la izquierda, cuestión de media hora -según Gerardo-, subida a los repetidores y continuación de ruta.
A tenor del testimonio fidedigno de la foto foto "repetidoril", la mitad del grupo ha optado por tomar las de Villadiego y tomarse unas "birras" en Los Gallardos en tanto al resto se nos volvían a abrir los poros al enfrentarnos al último rampón -menos más que no superaba los 300 metros.
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Hasta aquí hemos llegado |
Un nuevo problema mecánico -rotura de cadena- unido a la dureza del tramo hace que el cuarto reagrupamiento matinal, a 760 metros de altitud, tarde en producirse.
El panorama que se abre a nuestra vista es indescriptible. Nos sentimos como dioses con el mundo a nuestros pies y en la lejanía sobresaliendo resplandeciente Lubrín.
A partir de aquí, nos quedan 23 kms. para concluir la quedada y prometen ser los menos exigentes toda vez que ahora toca bajar y bajar: primero por carretera revirada con asfalto algo chunguillo hasta llegar a la altura de El Chive -la pedanía lubrileña donde Zidane pasa parte de su tiempo libre; después, por pista mixta de asfalto y de tierra y por la rambla de El Chive hasta llegar a Los Martínez en el entorno de Cariatriz,
Una vez llegados al cruce de la N-340a, la carretera se vuelve favorable a nuestro rodar y sin apenas dar pedales pasamos por debajo de la A7 y nos encaminamos definitivamente hacia Los Gallardos.
Durante el tránsito tenemos ocasión de ir observando la evolución de las obras del AVE y el impresionante puente que se construye sobre el barranco del río Jauto.
En definitiva, una jornada espectacular en todos los sentidos en la que según el GPS hemos recorrido 50.3 kms. -habrá sido algo más porque en los túneles el GPS se "cegaba"- en un tiempo real de pedaleo de 3:18:02.
Otra cosa es el tiempo total invertido: 4:45. Es el irremediable tributo a la amistad y el compañerismo.
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Responsables del trazado de la quedada |
Una vez más, gracias Gerardo, gracias Mathew-. A pesar del "calorcillo", nos habéis hecho pasar una jornada inolvidable.
Por cierto, sobresaliente la actuación de Antonio, el "zagalico" vanderrutero que ha tenido "los pantalones" de hacer la machada de la jornada no arrugándose ni un sólo momento, estando al lado de todos los que han culminado la ruta "larga".
Enhorabuena, Antonio. ¡Tómate esto con mucha filosofía y no "disfrutes" de propuestas tan complicadas como la de hoy!
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Antonio, el benjamín de la quedada |