Efectivamente. Sin ningún tipo de premeditación, por arte de birlibirloque, otra vez, trece en línea de salida. ¿Mal fario?
Pues "comme ci, comme Ça".
La jornada se presentaba a pedir de "piernas": ausencia de frío, sol radiante y una buena patulea de mtberos.
Así pues, contando con la reincorporación de Jaime -al final sus cuádriceps y gemelos le jugarían una mala pasada obligándole a terminar la jornada a mitad del recorrido- y ajustándonos a las previsiones iniciales, se partía por carretera hacia Almendricos con el objetivo de abordar la integral de Sierra Enmedio.
¡Coser y "pedalear"! y sin apenas darnos cuenta nos encontramos a pie de la "Transenmedio".
En fila india se afronta el maltrecho camino, primera dificultad de la jornada, que ha de llevarnos hasta el hito que delimita los términos de Lorca y Puerto Lumbreras.
Reagrupamiento en esta zona y a por el segundo tramo, el de las minas de Almendricos.
Y es aquí donde nos topamos con un "...lipollas" advirtíendonos de que estamos transitando por zona privada, "vedada" al tránsito de extraños.
La avanzadilla -porque hay que hacer referencia que al personal cuando le das campo no hay quien lo frene- es la que tiene que "enfrentarse" con el susodicho.
Aún así, una vez todos reagrupados, proseguimos el camino.
Lamentablemente, en esta zona me quedo sin batería en el teléfono y se produce el "apagón" fotográfico".
A partir de ahora, serán Vicente "Sleck Suna" y Juan Fco. Baraza los responsables gráficos.
El segundo tramo de la ruta se hace con alguna que otra "pena" y ninguna gloria.
Hay que sudar lo suyo para dar cuenta de las dos o tres "rampicas" -depende de que alternativa se elija- que se oponen a nuestro paso antes de llegar a la base de ascensión a Medro -este es el nombre de la cumbre de Sierra Enmmedio.
Al llegar aquí, agrupamiento, avituallamiento y... etc... además de despedir a Jaime que opta por bajar directamente hacia Pulpí.
Y comienza el segundo reto, la ascensión. Me propongo hacerlo con un desarrollo intermedio -hay que exigirle a las rodillas- y pedal viene pedal va hasta arriba.
Y, como el rosario de la aurora, nos vamos plantando poco a poco en la cima.
Aprovechamos las últimas vituallas, foticos, descansamos y para abajo como las balas.
El descenso, visto y no visto, como locos.
Y de ahí a las Norias nosa dejamos llevar por la inercia.
Considerando el palizón que ya llevamos encima, optamos por alterar el recorrido: Hoy, El Soto, como que no.
Optamos por la variante de Medrano y salvando algunas dificultades arcillosas que nos encontramos en el entorno de la cortijada, la ruta está prácticamnte acabada.
De Benzal a Pulpí, a tenor del ritmo que impone el personal, se diría que se va en plan competición.
Sin quererlo me quedo rezagado y no será hasta la rotonda del polígono -porque aquí se han vuelto a detener- donde me vuelva a unir al grupo. Al final una extraordinaria jornada matinal en todos los sentidos y, lo mejor de todo, de vuelta a casa relativamente temprano, excepto Domingo Parra, que por aquello de tener que dar cuenta de sus obligaciones familiares, debe proseguir su camino hacia Los Arejos.
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