Una cuarentena de bikers nos dábamos cita en el entorno del paseo marítimo en la playa de los Cocones para enfrentarnos -y nunca mejor dicho- a un recorrido exigente donde los haya con dos subidas a Sierra Cabrera.
En la primera, con ascensión desde El Saltador Alto hasta la Adelfa, mi GPS me marcó una pendiente máxima del 26% -Coque me corrigió y me dijo que según sus datos era del 27%.
Aquí, en cuatro ocasiones, me saltaron las alarmas de mi cuentarrevoluciones sobrepasando las 184 rpm, pero... culo atrás y pecho al manillar logré subir sin poner pie a tierra.
Aquí, en cuatro ocasiones, me saltaron las alarmas de mi cuentarrevoluciones sobrepasando las 184 rpm, pero... culo atrás y pecho al manillar logré subir sin poner pie a tierra.
En la segunda, con ascensión desde Aguasmedias hasta los repetidores de El Sopalmo, las rampas se fueron al 22%. Y lo más problématico, mis fuerzas y mente me jugaron mala pasada. Hubo momentos en los que si hubiera puesto pie a tierra allí me hubiera quedado cómodamente.
El de La Adelfa al Moro, de película, impresionante, combinando zonas excesivamente técnicas - a mi me obligaron a bajarme más de una vez- con sendas donde se podía disfrutar en plena naturaleza.
Y ¿qué decir del descenso en picado desde los repetidores hasta El Sopalmo?
Pues lo dicho, en picado en todos los sentidos: justos de fuerzas para mantener el equilibrio requerido y con pendientes del 46% -sí, sí, del 46%, aunque eso no impidió que muchos valientes bajaran montados.
Pues lo dicho, en picado en todos los sentidos: justos de fuerzas para mantener el equilibrio requerido y con pendientes del 46% -sí, sí, del 46%, aunque eso no impidió que muchos valientes bajaran montados.
En mi caso la prudencia me dijo que bajara como pudiera y así lo hice: unas veces montado, otras a pie, circunstancia que ocurrió en el 75% del recorrido.
Al final habiamos acumulado casi 1200 metros de desnivel y completado un recorrido en el que se combinaba todo: paseo por el pueblo, carretera, ramblas, montaña, túnel y playa.
Y lo mejor de todo, la cantidad de detalles que el CDC Carboneras tuvo con todos los participantes.
De entrada, la colaboración de Policía Local y Protección Civil que nos acompañaron en todo el recorrido.
En segundo lugar, -¡qué sorpresa más agradable y refrescante! el avituallamiento ubicado en el lugar de agrupamiento en la cima de la primera ascensión.
Y finalmente, el refrigerio final: cerveza, refrescos, isotónicas, agua, bocadillos a mansalva, frutos secos... y obsequio de camiseta conmmemorativa de la II quedada con un logo muy bonito: "La pausa forma parte del camino".
Y finalmente, el refrigerio final: cerveza, refrescos, isotónicas, agua, bocadillos a mansalva, frutos secos... y obsequio de camiseta conmmemorativa de la II quedada con un logo muy bonito: "La pausa forma parte del camino".
Lo dicho, Coque y cía, os lo habéis currado un año más y eso es algo que los mtberos siempre agradecemos.
Gracias por todo.
1 comentario:
Caminante no hay camino
se hace camino al pausar
al pausar se hace camino
y, al volver la vista atras
se ve la pausa que nunca más
se volverá a pausar.
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