sábado, 12 de noviembre de 2011

Un mal día lo tiene cualquiera

Que nadie malinterprete a priori la entrada del blog.
Hoy teníamos por delante el reto de una maratón en toda su extensión y como tal la hemos abordado.
En línea de salida un grupo bastante numeroso con el añadido de que la mayor parte de los participantes desconocía la segunda parte del recorrido propuesto para hoy.
Y llevado por las elucubraciones matinales previas al pistoletazo de salida, nos hemos puesto en marcha en dirección al Centro Hípico y he olvidado decirle "arre" al GPS.
Y lo que son las cosas. Como pensaba que la aproximación al Centro Hípico la habíamos hecho a un ritmo altísimo se me ha ocurrido mirar al cronómetro para que me corroborase mi apreciación.
Momento de enfado porque para una vez que teóricamente hemos invertido poco tiempo el cronómetro no me ha aportado dato alguno: un mal día lo tiene cualquiera.
Así pues, hoy desde el punto de vista del recorrido, he comenzado a correr después de algo más de 6 kms. de pedaleo.
La heterogeneidad del grupo y los problemas mecánicos -hoy no podían faltar tampoco- ha determinado que se haya tenido que realizar varios reagrupamientos aunque en el tramo final de Portilla a Pulpí las prisas de algún que otro biker ha provocado el fraccionamiento del grupo y que cada uno haya llegado a Pulpí como el rosario de la aurora.
¿Destacable de la jornada?
La variante que conduce desde el denominado Cabezo Minado o Cabezo del Cobre en Huércal Overa hasta la pedanía de Santa Bárbara, trayecto que Antonio Martínez y Antonio Pérez no han realizado al haber optado por la variante de la Santa, la que discurre por el lecho de la rambla de Huércal Overa a Santa Bárbara.
Igualmente, la variante del Campico de San Miguel con un kilómetro de subida exigente, en cuyo descenso se ha producido la caída de David García, afortunadamente sin más consecuencias que algún que otro sollado en manos, brazos y piernas y la rotura de culote y maillot.
  Y¿cómo no? Hemos soslayado las fiestas cuevanas de San Diego. ¡Qué buenas olores inundaban nuestras pituitarias! Y todo ello aderezado con alguna que otra cerveza, pero no era momento y hemos tenido que hacer de tripas corazón y dirigirnos hacia Portilla para desde allí buscar la ruta de los Tres Cabezos que nos pusiera en dirección a Tegefín y El Largo para posteriormente tomar la variante de Los Brozas a la EDAR pulpileña.
Al final, las sensaciones de la jornada han sido muy placenteras sobre todo porque ha permitido que tanto Diego García -venido exclusivamente desde Águilas- como el resto de los que desconocían estas variantes hayan "disfrutado" pedaleando.
De lo que pase mañana domingo, ya tendremos ocasión de narrarlo.

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