La recta final de julio me ha traído una "sorpresiva" sorpresa.
Sin darme tiempo a composiciones de lugar, coincidiendo con la festividad nacional de Santiago, me he visto obligado a tomarme unas breves vacaciones en el incomparable entorno sanitario del hospital murciano Virgen de la Vega.
¿Por qué?
Cosas de jóvenes. Una apendicitis.
Pero como siempre no hay mal que por bien no venga, a partir de ahora, aligerado de tan inútil carga, las cuestas arriba serán más "subideras".
martes, 31 de julio de 2012
domingo, 15 de julio de 2012
lunes, 9 de julio de 2012
lunes, 2 de julio de 2012
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