En la línea de salida 25 bikers dispuestos a disfrutar de nuevo horario de invierno y de un recorrido que el Guazabike Team anhelaba conocer desde este pasado verano.
Con una pequeña demora con relación al horario previsto, partíamos por carretera hacia Guazamara, centro neurálgico de la salida oficial.
Allí, en la explanada del bar El Puente, concentración bikera, saludos y toda la parafernalia que una cita de estas características conlleva para concluir con la acostumbrada foto de rigor.
De salida, por carretera hacia Los Lobos, el ritmo es altísimo hasta el punto de que llegados al punto donde abandonamos la rambla de Los Lobos para iniciar el camino de ascensión a Almagrera nuestra media supera los 27 kms./h.
Claro que a partir de aquí otro gallo nos iba a cantar.
El primer reagrupamiento de la jornada, en el bosquecillo de entrada al barranco del Francés y a partir de aquí a serpentear como buenamente cada uno pudiera.
Los bikerfotógrafos nos dedicamos a ir captando los momentos y perspectivas más atractivos para poder tener constancia gráfica de tanto deleite a la par que sufrimiento.
Aparece algún que otro problema mecánico de cadena, platos, cambios, algún que otro malestar físico... que no impiden que todo el mundo llegue al segundo punto de reagrupamiento, la divisoria entre la senda que sobrevuela el barranco del Francés -¡qué grande se siente uno al contemplar a sus pies la inmensidad de este paraje minero!- y la senda que nos conduce a la torre vigía.
División de opiniones: unos, la mayoría, optamos por recorrer la impresionante senda del barranco del Francés; otros, por ir directos a la torre, tercer punto de reagrupamiento.
Llegados todos a la torre, el tiempo apremia, sobre todo a Diego González que ha de estar en casa antes de las 11.30, y se pone rumbo hacia el barranco del Jaroso para posteriormente, después de decir bye-bye a Diego, buscar el barranco del Chaparral y su máquina de vapor, cita obligada para cualquier biker o senderista que se adentre en este territorio.
Tras la visita, se retorna para subir por la denominada rambla de los pozos hacia el barranco de la Guzmana y enlazar con el alto del cortijo de las Palas, nuevo punto de reagrupamiento aunque en esta ocasión el número de bikers se ha reducido debido a problemas mecánicos, cansancio o despistes.
Rápido descenso hacia Castillaricos buscando la carretera de Los Lobos y a partir de aquí se produce la diáspora bikera.
¡Pies para qué os quiero! En un santiamén desaparecen todos quedándonos cortados, en carretera de nadie, 4 bikers que nos tomamos la aproximación a Guazamara con excesiva filosofía.
Al llegar a la entrada de Guazamara, Gabriel Cervantes -con calambres llamando a sus músculos- y yo optamos por tomar las de villadiego y por la circunvalación ponemos rumbo hacia Pulpí en tanto que el resto, después me enteraría, hicieron un alto en el bar el Puente para tomarse unas cuantas "cervetónicas".
Y lo mejor de la jornada estaba por llegar y celebrarse teniendo a Diego González como anfitrión y oficiando de buen "paellero" junto a Pedro García.
Pero todo ello no hubiera sido posible de no haber intervenido el "women team". ¡Qué mujeres! Auténticas reinas.¡Como para no estar "enchochaos" con ellas! ¡Qué sería de nosotros!
Y lo que son las cosas. Todo lo perdido pedaleando en la sierra, se recupera en una sentada, en una extraordinaria sentada con abundante y variado "condumio", excelente riego y todo ello rematado con sus pertientes postres caseros.
Y si faltaba algo, entre copa y copa, comenzamos a darle vueltas a la organización del primer evento competitivo a celebrar en Guazamara el próximo año.
¿Estaba equivocado con el adjetivo? Sin lugar a dudas, jornada redonda.
