lunes, 25 de marzo de 2013

Aponientados, desnortadados y "akikados"

Otra jornada memorable de mtb del más altísimo nivel- y esta ha alcanzado mi séptima participación- por tierras del poniente almeriense.
El hecho de que la VII Maratón de MTB Ciudad de El Ejido haya sido puntuable para el Open de Andalucía ha determinado que la flor y nata del mtb andaluz de todas las categorías, mujeres incluidas, haya estado presente en ella dejando patente un altísismo nivel deportivo como lo pone de manifiesto el tiempo invertido por el ganador de la prueba el profesional jiennense "Triqui" Beltrán: 2.24.12.
Nuestro Team ha sido algo más modesto en tiempos. Nuestra intención no era desbancar a tanto y tanto "pro" y "semipro" que había suelto por doquier. Se trataba de hacerla y punto. Y como tal se hizo a pesar de la inesperada presencia del aponientado viento que se empeñó en luchar a brazo partido con nosotros con tal de impedirnos que cruzáramos la línea de meta con semblante de felicidad.
Si la primera subida de la jornada, encementada ella y durísima donde las haya con una errónea advertencia de rampa del 17% de desnivel -el GPS se fue al 21%-, ya dejaba tocado a cualquiera ¿qué decir del resto de las ascensiones?
Desde el alto del primer avituallamiento -poca gente debió de parar aquí, Km. 18, porque estaba prácticamente intacto circunstancia que agradecemos los que nos tomamos las cosas con más calma- hasta Felix el tramo -exceptuadas alguna que otra rampilla en herradura- es llevadero.
Al llegar al pueblo el calor humano te da alas y la ascensión hacia la plaza ni se siente en las piernas.
Nuevo alto para el oportuno avituallamiento -el último donde se ofrece sólido- y en marcha hacia el punto de control de paso para posteriormente dejarse caer cañada abajo buscando la senda pedregosa que permite enlazar con la sinuosa pista forestal que concluirá en un vertiginoso descenso en la rambla antesala de la última y dificultad de la jornada: salvar 400 metros de desnivel en torno a 10 kms. de subida por pista forestal.
¡Se nota el trabajo de limpieza, mantenimiento y talado de pinos! El verano está a la vuelta de la esquina y el riesgo de incendio acecha a todas horas.
Y es aquí, en este serpenteante tramo de ascensión, partir de los 750 metros de altura donde mis cuádriceps -lo mismo que me sucedió el año pasado- comienzan a quejarse. No me queda más remedio que echar mano de "botica". Un trozo de plátano que aún conservo del avituallamiento, gel y a pedalear en la medida de mis posibilidades. No me queda más remedio que soltar la estela de mi compañero de ascesión, un "arrastraculos" cordobés, si quiero coronar la cima de la prueba.
Entre tirones, agarrotamientos y fotos logro alcanzar a un "traider" -en plena preparación de la próxima Traid de Húetor me comentó- y coronamos el alto ubicado a 30 kms de meta.
Detención obligatoria para tomar agua, recargar el bidón isotónico y proteger el pecho con periódico antes de iniciar el descenso.
En pleno descenso la panorámica del mar de plástico me "deslumbra", detengo la bici, foto de rigor y... vuelven a saltarme las alarmas cruadiceperas de una y otra pierna.
A pesar de ir bajando, no puedo pedalear. Suelta de piernas y a esperar  que pase.
Concluido el descenso, llega la hora de la verdad. Hay que desandar el camino, pero con el poniente de cara.
Desde aquí hasta meta, un calvario con el único aliciente de intentar aproximarse a los bikers que como si de un rosario se tratara iban apareciendo en lontanza.
Tengo la sensación de que el viento les estaba afectando más que a mi porque una vez alcanzados les invitaba a ponerse a mi rebufo  y no lo aceptaban.
Y si faltaba poco, otra vez la llegada "ratonera" entre invernaderos, descampados, basureros... y con el viento martirizándote por todos lados.
Pero a pesar de todo, de tantas pejigueras pasadas lo peor que he llevado ha sido que en toda la maratón he estado "desnortado".
Con toda la ilusión del mundo -sabía de buena tinta que el recorrido era idéntico al del año pasado- había cargado el trayecto en el GPS para facilitar que el "tco" me sirviera de guía. A ver si este año le ganaba y con esa ilusión arrancaba la jornada. Salida, crono y tíico en marcha.
Momentos antes de iniciar el primer asalto del día, la subida hormigonada, detecto que el GPS está apagado.
Lo enciendo y a seguir pedaleando. Posteriormente, al cabo de un par de kilómetros descubro que no le he dicho "arre" y sigue marcando el mismo tiempo y consecuentemente la misma distancia.
Le arreo un toque al "arre" y vuelta a la normalidad.
Lo curioso es que en el resto del recorrido he tenido que ir más pendiente del aparato dichoso que de los pedales.
Hasta 6 veces he tenido que ponerlo en marcha y al final, acabo de descubrirlo ahora cuando he intentado descargar los datos al ordenador, no ha registrado NADA.
El culpable ha debido ser ese mesajito insistente que aparecía cada vez que intentaba ponerlo en marcha: Memoria llena.
La memoria la ha consumido el "tíico". No me queda más opción que contactar con Garmin y que me informen de este problema.
En el peor de los casos siempre me quedará la alternativa de dejar al "tiíco" en casa. ¡Un peso menos en la bici!   
 Una vez que el CDC Peñas Negras -por cierto, el presidente se disculpó ante mí cuando le comenté nuestro malestar con su actitud de no respondernos a los email enviados. Los detalles finales de la  organización de este evento les había impedido atender los correos electrónicos- ha hecho pública la clasificación general y por categorías hay que constatar que el Guazabike Team se portó como viene siendo habitual:
Las condiciones físicas de Simón, últimanente está fuerte el "chico", le permitieron abrirnos el camino a los demás: 228º de la general a 58.27 de Triqui Beltrán, Pedro y Diego, de la mano, -274º y 275º respectivamente a 1.16.40-, Pedro García -302º a 1.33.23-, Juan Blas y Paco -también de la mano 319º y 320º a 1.35.46- en tanto que este "narrafotobiker" entraba a meta a 1.46.16 del Triqui en el puesto 338º.
No obstante, lo mejor de la jornada estaba por venir, en el denominado "tercer tiempo" ofrecido por Ginés González.
Como buen patrocinador del Guazabike Team sabía las penurias y estrecheces gastronómicas vividas en Mazarrón -¡no más mortadela!- y tampoco le ha parecido apropiado que después de tanta lucha titánica contra los elementos engulléramos unos "tristes" macarrones entomatados acompañados de un filetito empanado.Y ha optado por "Akikarnos" en el paraje de Cueva de los Úbedas.
¡Jamás hubiera imaginado la existencia de esta pedanía!
¿Y del restaurante?
Como en familia para degustar las especialidades de Kika: para abrir boca entremeses de jamón, lomo, queso salpicados de frutos secos y sus correspondientes ensaladas -no podía faltar la verdura en casa del herrero; a continuación,  arroz con conejo -el conejo no es de mi devoción, pero me encantó su preparación y el  toque picante final-, conejo frito con patatas salpicado de ajos -me encanta el ajo-, huevos fritos todo ello regado de cerveza y algún que otro producto "light" y para rematar la sentada culinaria no podían faltar los postres caseros a base de arroz con leche y tarta de chocolate así como el consabido café al gusto de cada cual y el brindis final con el chupito de la casa.
Sin lugar a dudas, lo mejor de la jornada bikera y curiosamente aquí hemos llegado todos a meta al mismo tiempo.
¿No será mejor comer que correr?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí, así fue!
Cómo bien has significado, resaltar ese tercer tiempo en compañía de Ginés González Asensio.
En cuanto al aspecto deportivo, me quedo con ese dato; tus siete participaciones en VII ediciones de esta marcha, pocos atesoraran en la provincia ese palmares. Como el buen vino, cada día mejor: enhorabuena Paco Fdez!
Pedro Gª Carrasco.

Paco Fdez. dijo...

Gracias, amigo Pedro.
Espero poder seguir participando en El Ejido y disfrutando de vuestra compañía.