sábado, 19 de enero de 2013

Jornada épica bajo la lluvia y el poniente

Menuda jornada matinal la vivida este sábado. No le ha faltado ningún ingrediente para calificarla de épica y extrema.
De entrada, el primer ingrediente matinal: el viento aponientado inmisericorde al que nos hemos tenido que enfrentar como titanes a lo largo del recorrido.
Poniente para tomar y regalar
Fco. Toledo que había sido de la partida a regañadientes, al llegar a la zona del Centro Hípico, opta por decirnos "bye bye" y envuelto en una polvareda desaparece de nuestra vista en dirección hacia Pulpí. 
¡De la que se ha librado!
En segundo lugar, el recorrido elegido ha contribuido, sin lugar a dudas, a la dureza de esta salida.
Si inicialmente teníamos previsto subir hasta Huércal Overa para abordar desde allí la subida al Cucharón pensando que el viento facilitaría la ascensión al darnos constantemente "por el culo", el hecho de que Juan Antonio Cano desconociera el tramo de Huércal la Vieja a Cuevas ha sido determinante para el resto de penalidades que nos ha deparado la jornada.
Descenso complicado hasta el lecho del río Almanzora y segunda dificultad matinal: no podemos atravesar el lecho del río por la variante del "pastor" -en honor a un viejo amigo de José Gallardo con el que se topó un día mientras pastaba su ganado en esta zona- porque la cola del agua ha inundado este paso.
En la cola del pantano del Almanzora
Tras las fotos de rigor en la zona, no queda más remedio que retroceder para tomar otra variante, la que nos conduce hasta el camino de servicio de la margen derecha del embalse y que nos dejará en Cuevas.
Nada más atravesar el lecho del río nos sorprende una tímida lluvia que muy pronto se torna descarada hasta el punto que además de ponernos como sopas nos acompañará hasta Cuevas.
Bajo la lluvia en el embalse del Almanzora
Surgen las primeras dudas de la mañana: ¿llamanos a alguien para que nos recojan o proseguimos con todas las consecuencias?
Ni que decir tiene que hemos proseguido  con todas las consecuencias.
Llegados a Cuevas, empapados y ateridos de frío -sobre todo Juan Antonio Cano y José Cabrerizo que habían salido sin chubasquero- ponemos "la directa" rodando por encima de los 30 kms. por asfalto  hacia Portilla para enlazar con la carretera a la altura del bar El Jarrao.
A José Cabrerizo comienza a pasarle factura el frío acumulado en sus piernas y nos vemos obligados a bajar el ritmo de pedaleo para evitar que en cualquier momento "rompiera la goma" y perdiera la estela del rebufo.
Pasado el cruce de Muleria, Juan Antonio Cano y Vicente González -tío y sobrino- optan por dejar a José en mi compañía y a partir de aquí asumo la responsabilidad de "traerlo" hasta Pulpí.
Es la primera vez que José ha mostrado signos de flaqueza y la verdad es que a pesar de tantas dificultades acumuladas al final se ha portado como un titán.
Y lo que son las cosas, una mañana extrema -más de 1100 metros acumulados- pasada por viento y agua y, en cambio, la tarde invita a salir otra vez.
¡Que salga quien quiera porque lo que es yo...!
¿Y de mi inscripción en los 101 Kms. de Ronda?
Lo de Ronda es imposible, ni con el método de otros años ni con el de este. Esto es de vergüenza.
Nosotros en ruta -Juan Antonio con su sansung, Vicente con us IPhone y yo con mi HTC- lo hemos intentado a las 10:10 horas -Web colapsada- y de otro lado tanto mi mujer como mi hijo Antonio desde las 10 de la mañana -web colapsada.
Intentado conectar con "Ronda"
Curiosamente, a las 11.19 horas hemos aprovechado el avituallamiento en el alto de Huércal la Vieja para intentarlo y ahora la web no tenía problemas.
El problema es mío, me he quedado en la lista de reserva sin ninguna esperanza de poder participar: 1368 bikers tienen más posibilidades que yo.
 
 IBP: 104 AB  


1 comentario:

Anónimo dijo...

Tremenda la salida de hoy, cuando he llegado a casa y he puesto los pies en el suelo, casi me caigo porque tenía desde los tobillos hacia abajo todo literalmente helado no sentía los pies me he tirado un rato calentando los pies para poder sentirnos. Lo siento por dejaros atrás pero ya no sentía mis extremidades y tenía que llegar cuanto antes.

Vicente