sábado, 28 de enero de 2012

¿Nieve en Los Mayorales?

Esa es la pregunta que nos ha asaltado esta mañana a tenor de lo observado a nuestro paso por la cuesta de la Cabra.
Claro que de inmediato nuestras dudas se han disipado al detenernos, observar y palpar que el ingrediente de las masas blanquecinas no era realmente nieve caída con la aparatosa tormenta que ayer tarde y noche se cernió sobre esta zona. Era granizo, masas y rastros de granizo por doquier.
Granizo arrastrado por la lluvia
A tenor de la cantidad de granizo acumulado -en algunos casos arrastrado por la propia lluvia- debió ser terrorrífica la tormenta desatada. 
Y lo más curioso del espectáculo meteorológico es que sólo hemos visto el granizo en todo el trazado de ascensión de la cuesta de la Cabra hasta el collado de Los Mayorales. En la vertiente de la cuesta de Gos no había ni rastro de haber ni siquiera llovido.
Granizo a "puntapala" en plena curva
¡Cosas de la meteorología! Claro que a las plantaciones de lechugas existentes en la zona el granizo les ha jugado una mala pasada. 
De regreso por la carretera de Águilas a Los Arejos hemos tenido ocasión de contemplar a un equipo de televisión realizando un reportaje de tamaño desastre.
Pero ya se sabe, mal de muchos, consuelo de "pocos" que van a ver cómo sus lechugas se vuelven de oro en aquellas pantaciones que han salido indemnes de la tormenta de marras.
Desde el punto de vista ciclista hoy nos hemos dado otro palizón de campeonato con casi 70 kms. de pedaleo bien aprovechado en compañía de Benito López y de Diego Jiménez "Precisas".
De salida no había ruta establecida aunque estábamos de acuerdo en que hoy no podiamos transitar por zonas donde  el barro pudiera dar señales de vida.
Benito ha propuesto Los Mayorales y hacia allí nos hemos encaminado.
Como se trataba de hacer una buena caminata hemos optado por subir por la rambla del Algibejo, coronar el collado "guiri" y bajar hacia Tébar.
¡Qué espectacularidad de paisaje el ofrecido por los nectarinos y los almendros en plena eclosión floral!
Nectarinos en flor
Llegados al cruce de Tébar nos hemos decantado por tomar en sentido contrario el camino asfaltado por el que discurrió el año pasado la ruta de MTB de Águilas y enlazar, una vez atravesada la rambla de Los Mayorales -no nos hemos atrevido a subirla por temor a que la lluvia la hubiera destrozado esta pasada noche- con la cuesta de la Cabra, lugar donde nos hemos llevado la sorpresa matinal del granizo.
¿Nieve? No, granizo
Y estando afanado en captar fotográficamente la primera de las masas de granizo nos ha alcanzado un trío de bikers aguileños con los que hemos compartido parte del recorrido porque al llegar a la bifurcación de Villa Manuela ellos han seguido hacia al cuesta de Gos y nosotros hacia Villa Manuela donde nos hemos vuelto a encontrar con un grupo de aguileños dispuestos a subir hasta la cima de Los Mayorales.
Alto de Villa Manuela
Olvidaba comentar que en pleno descenso por la cuesta de Gos nos hemos cruzado con dos bikers gallegos del Guazabike Team: Javier Rodríguez y Macario Urbano.
Ni que decir tiene que como mínimo la cima de Los Mayorales les estaba esperando.
Un hola y un adiós ha sido todo el diálogo que nos ha dado tiempo a intercambiar.
Hoy Diego Jiménez ha actuado de guía y en la zona de los pantanos -carretera que pasa por el hotel D. Miguel- nos ha enseñado una nueva variante que finalmente, después de transitar por una de las zonas del recorrido de la marcha de MTB de Águilas, nos ha dejado en pleno polígono industrial de Águilas y desde allí por la variante de la desaladora nos hemos presentado en la rotonda de acceso a la autopista Vera-Cartagena.
Y ha sido aquí, en la rambla inmediata a las instalaciones del Paloma, donde hemos vuelto a comprobar los efectos de la lluvia y el granizo: una capa de cerca de 30 cms. de granizo acumulado. Y todo esto a las 12 de la mañana.
El tránsito desde esta rotonda hasta llegar a casa lo he hecho "a plato" y la verdad es que en la subida de Puerto Carril me he sentido cómodo y además sin superar las 174 rpm. en ningún momento.
Mañana será otro día y mucho me temo que no será equiparable al de hoy que, aunque al final nos ha molestado un poco el viento, considero ha sido excelente: mañana agradable y un sol que, excepto cuando era tapado por alguna nube, se mostraba radiante.

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