lunes, 16 de mayo de 2011

Subida a la Fuensanta

No, no se me ha olvidado. Lo que sucede es que no siempre disponemos del tiempo requerido. Y eso es lo que ocurrió el pasado domingo.
Tenía un compromiso adquirido con la "finca" familiar y no admitía más demora.
Ni siquiera me deshice del traje de ciclismo. Fue llegar, bajarme de la bici y cambiarme de botas para comenzar las labores agrícolas que requería la finca: recoger y seleccionar los mejores ejemplares de habas de cara a la próxima cosecha, retirar las líneas de riego por goteo, desbrozar -menso mal que la desbrozadora funciona de maravilla-, retirar el rastrojo, preparar la tierra -labrado y estercolado abundante- y finalmente volver a plantar: cebollino, pepinos, calabacines...
De todo un poco, pero aún así, hasta las 9 de la tarde estuve superatareado.
¡Como para ponerse a escribir después del "tute" agrícola!
¿Qué decir de la jornada ciclista propuesta el día anterior?
Creo que memorable tanto por la participación como por el recorrido -desconocido para muchos- e indudablemente por la meteorología que contribuyó al éxito final.
En la salida, una patulea de bikers: Alfonso y Vicente "Sleck Suna", Alfonso Jiménez, Abderrazak Moujib, Francisco Toledo, Gabriel Cervantes, Antonio Oller, Juan Francisco Baraza, Bartolomé Pérez y Patricio Rodríguez 
De salida se trata de aproximarse a la pedanía huercalense de Úrcal con la mayor rapidez posible y con ese objetivo nos dirigimos por la carretera de Huércal Overa hasta el desvío de Benzal situado junto al Centro de Jardinería Feribel para poner rumbo hacia el canal del trasvase.
Atravesada la finca El Turvinto, la rotura de una cadena obliga a parar en "boxes" para que Alfonso "Sleck Suna" nos sorprenda a todos con su espectacular tronchacadenas. ¡Menuda herramienta se ha agenciado el tío!

Solventado el problema mecánico, se reanuda la marcha en dirección a la rambla de Las Norias y posteriormente hacia Las Labores.
Se produce algún que otro fraccionamiento del grupo y un "pique" de los pata negra con un grupo de carreteros que muy amablemente nos saludan y... despiden.
Debían de llevar prisa.
Y nada más pasar Úrcal -alguien se despistó contemplando tan temprano a unas zagalicas minifalderas que a tenor de lo mostrado debían ir a recogerse tras una noche marchosa-, llegamos al punto neurálgico de la jornada: la rambla de Erre.
Patricio Rodríguez no las tiene todas consigo y pone en duda su continuación.
Le damos ánimos que no fuerzas, se envalentona "a regañadientes" y se "engancha" a la subida.
Muy pronto perdió los ánimos y, acompañado por Bartolomé Pérez, nos dio la espalda.
Pedales y más pedales -no hay otro medio de subir rambla arriba- hasta dejar atrás casi 7 kms. de continua subida salpicada de algún que otro atractivo: olivos centenarios, un espectacular cañón labrado por la erosión, algún que otro regato de agua...

Y abandonamos la rambla para poner rumbo al caserío de Erre y desde aquí a la Fuensanta donde recuperar las fuerzas perdidas y realizar las fotos de rigor antes de abordar la parte más bonita de la mañana: las sucesivas sendas "cresteantes" en descenso hasta la rambla de La Fuensanta.

Tres kms. de recorrido técnico que cada cual hace como buenamente puede para ir sorteando los obstáculos que se van presentando.

¿Alguien ha visto la bomba de Alfonso "Suna"? Dice que la ha perdido en la bajada, pero vaya usted a saber dónde.
Y a partir de aquí rambla y a subir la media.
En tierra de nadie, entre grupos -nos enteramos después- Juan Francisco Baraza se despista y toma una dirección equivocada en tanto que los demás lo hacemos hacia la rambla Grande que nos dejará en San Francisco donde nos encontramos con un trío de carreteros encabezado por Juan Sánchez.
Alto en el camino, saludos y ... en dirección a Pulpí, pero por carretera.
¡Zafarrancho de combate!
Al menos esa es mi apreciación a tenor del comportamiento del grupo: Unos, aprovechando la juventud, las fuerzas y el terreno favorable se dejan ir como las balas; otros -Alfonso y yo-, haciendo gala de nuestra segunda juventud y de  las fuerzas perdidas, nos dejamos llevar tranquilamente, sobre todo a partir del momento en el que "damos alcance" a Abderrazak.
Al final, 3:33 horas de pedaleo a una media de 17.1 kms/h. para meternos entre pecho y espalda un total de 60.6 kms.

1 comentario:

Ojalá fuera tal mi compostura dijo...

Sí ya de por SI
las crónicas eran adictivas
ahora va el master
y nos amplia el catalogo
con información agronómica
www.huertobike.es ó será
¿alguien da más?