jueves, 17 de marzo de 2011

Otra vez trece

Efectivamente. Sin ningún tipo de premeditación, por arte de birlibirloque, otra vez, trece en línea de salida. ¿Mal fario?

Pues "comme ci, comme Ça".
La jornada se presentaba a pedir de "piernas": ausencia de frío, sol radiante y una buena patulea de mtberos.
Así pues, contando con la reincorporación de Jaime -al final sus cuádriceps y gemelos le jugarían una mala pasada obligándole a terminar la jornada a mitad del recorrido- y ajustándonos a las previsiones iniciales, se partía por carretera hacia Almendricos con el objetivo de abordar la integral de Sierra Enmedio.
¡Coser y "pedalear"! y sin apenas darnos cuenta nos encontramos a pie de la "Transenmedio".
En fila india se afronta el maltrecho camino, primera dificultad de la jornada, que ha de llevarnos hasta el hito que delimita  los términos de Lorca y Puerto Lumbreras.
Reagrupamiento en esta zona y a por el segundo tramo, el de las minas de Almendricos.

Y es aquí donde nos topamos con un "...lipollas" advirtíendonos de que estamos transitando por zona privada, "vedada" al tránsito de extraños.
La avanzadilla -porque hay que hacer referencia que al personal cuando le das campo no hay quien lo frene- es la que tiene que "enfrentarse" con el susodicho.
Aún así, una vez todos reagrupados, proseguimos el camino.
Lamentablemente, en esta zona me quedo sin batería en el teléfono y se produce el "apagón" fotográfico".
A partir de ahora, serán Vicente "Sleck Suna" y Juan Fco.  Baraza los responsables gráficos.
El segundo tramo de la ruta se hace con alguna que otra "pena" y ninguna gloria.
Hay que sudar lo suyo para dar cuenta de las dos  o tres "rampicas" -depende de que alternativa se elija- que se oponen a nuestro paso antes de llegar a la base de ascensión a Medro -este es el nombre de la cumbre de  Sierra Enmmedio.

Al llegar aquí, agrupamiento, avituallamiento y... etc... además de despedir a Jaime que opta por bajar directamente hacia Pulpí.
Y comienza el segundo reto, la ascensión. Me propongo hacerlo con un desarrollo intermedio -hay que exigirle a las rodillas- y pedal viene pedal va hasta arriba.
Y, como el rosario de la aurora, nos vamos plantando poco a poco en la cima.
Aprovechamos las últimas vituallas, foticos, descansamos y  para abajo como las balas.
El descenso, visto y no visto, como locos.
Y de ahí a las Norias nosa dejamos llevar por la inercia.
Considerando el palizón que ya llevamos encima, optamos por alterar el recorrido: Hoy, El Soto, como que no.
Optamos por la variante de Medrano y salvando algunas dificultades arcillosas que nos encontramos en el entorno de la cortijada, la ruta está prácticamnte acabada.
De Benzal a Pulpí, a tenor del ritmo que impone el personal, se diría que se va en plan competición.
Sin quererlo me quedo rezagado y no será hasta la rotonda del polígono -porque aquí se han vuelto a detener- donde me vuelva a unir al grupo.
Al final una extraordinaria jornada matinal en todos los sentidos y, lo mejor de todo, de vuelta a casa relativamente temprano, excepto Domingo Parra, que por aquello de tener que dar cuenta de sus obligaciones familiares,  debe proseguir su camino hacia Los Arejos.

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