lunes, 28 de febrero de 2011

Festejando el Día de Andalucía

Efectivamente. A tenor de la respuesta ofrecida por el personal, se ha notado que hoy no era un día cualquiera, que era un día para hacer de todo excepto pedalear. Hoy es fiesta grande en toda Andalucía, desde el confín oriental que representamos los pulpileños hasta el occidental de Ayamonte.
Aún así, a pesar de jornada tan especial, cuatro bikers -Abderrazak, Alfonso, Antonio Mtez. y este narrabloguero- nos hemos echado el día por "montera" y a pedalear.
Eso sí, sin muchos agobios, que ya tuvimos ayer suficiente paliza como para volver a "disfrutar" hoy de otra similar.
Antonio Mtez. propone volver a Las Cruceticas y con esa intención partimos por La Hoya en dirección a Puerto Carril.
Pero igual que suele suceder casi siempre, hoy también se han modificado los planes iniciales.
Y todo ello porque nos hemos encontrado a un nuevo biker- el yerno de Máxi, el del bar de Ciudad Jardín- que caminaba buscando la variante del Yankee a través de la cañada del cabezo Colorao.

Le hemos informado de nuestra ruta y de la posibilidad de regresar a Águilas desde el alto de Las Cruceticas por la variante de Los Arejos -la misma de la pasada Marcha de Águilas- y se ha unido definitivamente a nosotros.
Esta circunstancia, junto al hecho de que ni Abderrazak ni Antonio Mtez, jamás habían subido hasta Las Cruceticas por esta variante de Los Arejos, ha determinado que hayamos cambiado definitivamente la ruta.
Cortijo del "partidor"
Hoy el avituallamiento y actuaciones inherentes  lo hemos llevado a cabo en el cortijo del "partidor" -esto acabo de inventarmelo porque desconozco su nombre.
Lo del "partidor" debe entenderse si tenemos en cuenta que llegados aquí existen al menos otras tres rutas alternativas: bajar hacia la finca del Paloma en dirección a La Escarihuela, descender hacia Águilas por la rambla o proseguir la ruta hacia el alto de Las Cruceticas.
Hoy hemos optado por bajar hacia la rambla y tomar la senda por la que transcurrió la Marcha de Águilas -ni que decir tiene que en bajada resulta mucho más fácil transitarla.

Una vez llegados a la carretera de Puerto Lumbreras a Águilas, en el badén de los eucaliptos, nos hemos despedido de nuestro acompañante -¡se me ha pasado preguntarle el nombre, pero a buen seguro que en próximas salidas será de la partida!- y hemos retomado el ascenso de Las Cruceticas por carretera sin ningún tipo de prisa, cómoda y placenteramente, de cháchara y más cháchara con la actualidad pulpileña como tema central.
Desde el alto a Pulpí todo ha ido a pedir de boca a pesar de un "airecillo" que nos ha venido dando de costado.
Y para festejar que la vuelta ha durado "un pis-pas" -poco más de 2 horas y media- y que hoy es Día de Andalucía, pues a la vuelta se le ha puesto broche en la casa de Antonio Mtez. saciando la sed con cerveza bien fresquita.
Así da gusto concluir cualquier evento.
Lamentablemente he de comunicaros a todos mis seguidores que durante un tiempo no podré ofrecer ninguna información gráfica de nuestras "correrías".
¡No, a la cámara no le pasa nada! No se ha roto, funciona aparentemente sin ningún tipo de problema.
Son tantas las fotos y álbumes que he subido a la "nube"  que he superado el Gb de almacenamiento gratuito que ofrece Google.
Así pues, en tanto no resuelva este problema -comprando más espacio o con alguna triquiñuela técnica que por ahora desconozco- no podré subir más fotos.
Pero que nadie se desespere, que estáran disponibles. Mientras tanto sólo las tres precedentes.

domingo, 27 de febrero de 2011

Una jornada épica

En honor a la verdad, como se suele decir, épica, épica, no ha llegado a ser.
Que ha tenido tintes de haber sido épica, no cabe duda a tenor de cómo los músculos han terminado esta jornada maratoniana.
Dispuestos a todo
Porque eso sí, maratoniana sí ha sido, al menos por la distancia recorrida, más allá de los 66 kms. en el caso de los bikers pulpileños.
Ha sido una jornada que ha contado con 8 bikers "pura raza", de los que no ponen pegas a nada. 
Que hay que madrugar, se madruga -otros no se han enterado de los planes de hoy-; que hay que afrontar rampas de dos dígitos de la segunda decena, se afrontan; que hay que cambiar de planes sobre la marcha, se cambian; que hay que soportar las adversidades que Eolo nos envía, se soportan.
Nada ha modificado nuestros planes iniciales: ir a Cuevas para dar cuenta del ascenso a los depósitos de Galasa y proseguir viaje hacia el paraje de La Ballabona.
El regreso, tal y como se avisaba, por donde se mejor se terciara y en este caso no ha habido más remedio que hacerlo por Cuevas en vez de Huércal Overa.
Tal y como se advertía en este blog, no había más remedio que adelantar la hora de salida y así lo he hecho.
Y digo lo he hecho porque a las 8:35 -después de 5 minutos de cortesía por si alguno se retrasaba- he salido solito hacia Guazamara.
A la altura de los semáforos -bueno, más bajo, en el cruce- me he topado con Vicente y en la entrada del cortijo Colorao esperaba José Parra.
Rumbo a Guazamara donde nos esperaba el Guazamara Team integrado por Domingo Parra, Diego González, Juan Blas Soler -hoy no se ha traído al "tío"-, Fran Haro y Paco Pérez.
Y en marcha hacia el objetivo: cuesta Marquina, Jaula, camino Real, Tegefín, rambla de Jucainí y... sorpresa.
¡Menuda patulea de bikers!
Nos topamos con un balaguero de Vanderrutas dispuestos a llegar hasta Pozo Esparto siguiendo las sendas de Grima.
Saludos de rigor, fotos para la historia, intercambio de información acerca de la ruta que debíamos seguir una vez ascendido a los depósitos de Galasa y... a pedalear de nuevo.
Atravesando el área recreativa del canal de remo
Cruzamos el paraje de los Tres Cabezos, la Era Alta, Las Cupillas, El Alhanchete, la zona recreativa del pantano y canal de remo de Cuevas y... al asalto final.
Comento que hay 1 km. de ascensión -hacía tiempo que no había subido y había perdido la noción de distancia y del sufrimiento requerido- aunque luego resultarían 2.5 kms. con rampas del 20% para "malestar" del grupo.
¡Menudo castigo para el "body"! Alguien comenta que por aquí no suben los coches, que sólo bajan en clara alusión al hecho de que durante nuestra ascensión nos hemos cruzado con dos vehículos que descendían.
Reto conseguido: cima de los depósitos de Galasa
Pero una vez alcanzada la "meta" de los depósitos, recuperado el resuello, haberle dado al cuerpo alguna que otra vitualla, cambiado de aguas y, por supuesto, las fotos de rigor, todo se olvida y en marcha de nuevo que los cuerpos se enfrían.
Tenían razón los Vanderruta. El tramo hasta el paraje de La Ballabona es un auténtico tobogán.
Ruedas arriba y a reparar el pinchazo
Tramos con rampones y sus correspondientes descensos vertiginosos y en algún que otro caso hasta peligroso y empedregado.
Domingo Parra sufre un pinchazo y Juan Blas me muestra la obra de "ingeniería" ingeniosa que le ha permitido solventar la rotura que sufrió ayer en el mecanismo del eje de la rueda trasera de su Trek.
Esto es un apaño y lo demás son tonterías
El ingeniero jefe, José Parra, ha considerado que la solución adoptada, si bien le ha permitido salir de ruta sin mayores contratiempos, debe ser atendida en los boxes de Bicis Burú a la mayor brevedad posible.
Y llegamos al paraje de la Ballabona y con ello surge el dilema de la ruta de retorno a Pulpí.
¿Por Huércal Overa y El Saltador? ¿Por Cuevas?
La solución ha venido marcada por Diego González y la necesidad familiar de estar de regreso en torno a las 12 del mediodía, cuarto de hora arriba o abajo.
Así pues, sopesando esta circunstancia y el hecho de que el viento aponientado comenzaba a dar señales de vida, a través del camino de servicio de la A-92 hemos puesto rumbo a Cuevas.
¡Qué manera de soplarnos! Por la izquierda, por la derecha, por delante. En cambio, hoy, por detrás no nos ha dado, pero "dar por culo" a mogollón.
¿Por dónde vais?
Hemos optado por volver por carretera hasta el paraje de Los Picotes y desde allí por la cañada de Tegefín hacia Guazamara.
¡Lo que nos faltaba!  Éramos pocos y parió la abuela. ¡Polvaredas a raudales! Y el cuerpo machacándose para poder salir adelante.
Y mira por donde, en las inmediaciones de El Largo, nos volvemos a encontrar de nuevo con los Vanderruta. Igual que a nosotros el viento les ha pasado factura y el grupo marcha fracturado.
Comentarios rapidísimos con relación a la jornada -no hay quien aguante tanto viento y polvaredas- y proseguimos la ruta.
Y para colofón, con viento de cara, nos enfrentamos a la cuesta Marquina. ¡Con lo bien que se baja y lo que cuesta subirla!

Paco Pérez me comenta que su "inclinómetro" ha llegado al 26%. Yo no me he fijado en esto, pero sí en el pulsómetro y he vuelto a a lacanzar las máximas de la jornada: 176 ppm.
En Guazamara declinamos la invitación a cerveza de Paco Pérez y manta y carretera.
¡Qué desazón comprobar cómo la media de la jornada va perdiendo décimas km. a km.!
No obstante, a pesar del viento, hemos conseguido mejorar la media alcanzada en La Ballabona  de 17.1 kms/h. -más o menos la mitad del recorrido- hasta llevarla a los 17.7 kms/h. finales.
Y de postre, afortunadamente después de estar en casita, la lluvia.
¡No nos hubiera faltado nada más que encima llegar empapados hoy que al menos yo salía de corto!
Así pues, jornada épica, no; casi épica, sí.
Y mañana. día grande en Andalucía, nueva salida, si bien esta vez, a la hora habitual.

sábado, 26 de febrero de 2011

El mal fario del número 13

Hasta ahora no había recabado en ello. Siempre consideré que estas consideraciones estaban más vinculadas a determinadas interpretaciones tremendistas e irracionales que a hechos empíricos.
A partir de hoy, voy a tener que cambiar el chip.
Y es que hoy se ha dado una conjunción de circunstancias de lo más extrañas.
El mal fario del doce más uno
De entrada, trece en línea de salida: Abderrazak, José y Toni Parra, Fco Toledo, José Cabrerizo, Gabriel Cervantes, Antonio Martínez, Antonio Pérez, Patricio Rodríguez -le había perdido el rastro hacía tiempo- Alfonso Jiménez junto a mi hijo Fco. José y a mí que hoy me sentía como niño que estrena zapatos nuevos con el retorno de mi Rush a la ruta.
Ya la mañana apuntaba "chunga" porque en el momento de calarme el casco descubro con sorpresa que Lara- una cocker que tenemos en casas- me ha destrozado el barboquejo de mi inseparable casco.
No me queda más remedio que echar mano del casco que tengo en reserva gracias a la magnanimidad de un/a amigo/a -vaya usted a saber- que en cierta ocasión con motivo de la puesta en marcha del juego del "amigo invisible" en el transcurso de una comida de profesores en el IES Mar Serena tuvo a bien obsequiarme.
Inicialmente habíamos planteado abordar una ruta nueva, variante de la Cuesta de la Cabra, para concluir el recorrido, ahora que el buen tiempo y el sol comienzan a instaalrse, haciendo la del "marisco",
Pero mira por donde, transitando hacia la venta San Felipe, a Alfonso se le ocurre proponer la  ruta de las sendas de Barnés -ya me he enterado de su nombre- en el paraje de Tébar.
Como quiera que hay un grupo numeroso que desconoce esta ruta, se acepta de buen grado excepto Fco. Toledo que cambia de itinerario para procurar estar en Pulpí en torno a las 12 y media por aquello de las obligaciones paternales.
¡En qué hora! Alfonso, ¿Por qué no te callas?
Cambiando de vía
Iniciamos la subida hacia la rambla de Chuecos  y Arrieros por el camino de servicio paralelo a la autovía y de pronto nos vemos obligados a transitar por el margen derecho de la autovía Lorca-Águilas -en dirección contraria a los vehículos- porque una cadena -la primera vez que nos topamos con ella- nos impide circular y atravesar por los bancales -ahora recuerdo que la última vez nos habían colocado salaos para impedirnos el paso, aunque nosotros las sorteamos muy bien.
Como el tramo es muy corto y las prudencias máximas, no existe el menor incidente.
El segundo problema vendría unos kilómetros más arriba subiendo por la rambla de Chuecos y Arrieros.
La de veces que hemos subido por aquí y nunca habíamos tenido ningún incidente y hoy, por lo visto, nos tocaba.
Nos adelanta un vehículo -amablemente le habíamos cedido el paso- y se detiene para "informarnos" de que estábamos transitando por un camino y propiedad privada y que si el dueño nos veía podríamos tener problemas, que nos aconsejaba darnos la vuelta.
¿Más todavía?
Eran, al parecer, trabajadores del cortijo donde habitualmente nos detenemos para el avituallamiento junto a la balsa.
Hacemos caso omiso y proseguimos la subida desconociendo si el propietario de la finca estaría o no.
En el tramo final nos topamos con dos bikers aguileños que después de haber subido hasta la balsa  sin que nadie los detectara descienden en dirección contraria a la nuestra y nos informan de que han visto a gente trabajando en el cortijo y de que hay un pastor alemán -lo del perro no nos inquieta en absoluto porque ya nos acompañó amigablemente en otra ocasión hasta el entorno de las sendas- a la vez que nos comentan que antes de llegar al cortijo existe una bifurcación a la derecha aunque no saben a dónde se dirige.
Lo tenemos claro. Por el cortijo no pasamos, pero por el romeral sí.
¿Donde está la subida al romeral?
Así que giro a la derecha y aproximación al pie del cabezo de la senda de subida al romeral.
¡Como el rosario de la aurora! Unos por la derecha, otros por la izquierda, sorteando atochas, romeros, matorrales... Y con las bicis a cuestas.
Un auténtico espectáculo por tal de evitar al "tío" del cortijo.
Abderrazak, el ángel porteador
Hay que ver lo que "cuesta" subir a través de las cuestas  sembradas de "maleza" y si no que lo cuente Abderrazak que  como ángel porteador no solamente ha acarreado con su Mérida sino que además ha aliviado de peso a más de uno.
Al final, con más penas que glorias hemos alcanzado el campo de romeros y allí, a la sombra de un pino, hemos dado cuenta de las vituallas y hemos ejercitado los músculos prostáticos entre otras actividades.
¿Y la cuestecica qué?
Dsde aquí al bosquecillo de Tébar no ha habido mayores incidencias que las ligadas al pedaleo con picado continuo entre el 4% y 10%.
Mientras transitaba por el romeral y teniendo en consideración que yo por aquí no vuelvo más aunque lo mande el médico, he oteado el horizonte y al fin he descubierto las posibilidades de enlazar la carretera de Campo López con este entorno.
Al fondo, en línea con la zona labrada, se sitúa la carretera de Campo López
A priori debe resultar fácil y no debe haber mas de un par de kms. de distancia. 
No me cabe la menor duda que esa opción, de no mediar más "tíos" cortijeros por las fincas que hay que atravesar, será descubierta algún día.
El tránsito por las sendas de Barnés en la zona del pinar se hace muy bien a pesar de algún que otro batacazo de Patricio. Hoy le ha tocado a él. La lotería es caprichosa.

Y acabadas las zona, rumbo a Purias no sin antes tener que atravesar la zona colmenera.
Hasta hoy habían permanecido impasibles a nuestro paso, pero hoy se han debido cabrear muchísimo y como si de un ejército se tratara han realizado un impresionante despliegue táctico provocando infinidad de daños directos y colaterales por doquier.
Creo que José Parra -que ha perdido hasta las gafas enfrascado en tan desigual contienda- y yo hemos sido los más agraciados con la "benevolencia" abejeril.
Auténticos enjambres detrás de nosotros buscando posicionarse sobre nuestros cuerpos y doy fe de que lo han hecho a la perfección.
Me he hartado de quitarme aguijones de los párpados y de la cabeza -algunas se han quedado atrapadas dentro de la redecilla del casco y se han hartado de darme por saco-, incluso después de llegar a casa. Afortunadamente, otros han tenido mejor suerte y apenas han sufrido los avatares de este desigual ataque.
Ahora bien que nadie entienda mal. Ni por el cortijo, ni por las colmenas.  Las sendas, aunque haya que buscar  rutas  alternativas, por supuesto, son irrenunciables.



Y de cara a mañana domingo, nueva propuesta de Guazabike Team: Guazamara-Campico San Miguel (Ballabona) con regreso por donde mejor se tercie.
Eso sí, como hay que estar en Guazamara a las 9.00 de la mañana -lo aclaro porque como bien sabéis el Guazabike Team también "noctambulea"- la salida desde Pulpí la adelantamos a las  8:30 con cinco minutos de cortesía por si alguien se despista.

sábado, 19 de febrero de 2011

Auténtica "pata negra ibérica"

De las buenas, buenas. Ha sido, sin lugar a dudas, una auténtica jornada "pata negra ibérica".
Corta -algo más de 47 kms- sí, pero para quitarse "el casco". No ha faltado ningún elemento que se precie en cualquier jornada bikera: caminos, veredas, ramblas, asfalto, senderismo, paisajes, nuevos descubrimientos, algún que otro problema técnico, ciertas "bajadas" por delante del manillar.
Vamos, de todo, como en botica.

De entrada, no han dado señales de vida tres de los bikers habituales en las jornadas matinales del sábado: Alfonso Jiménez, Abderrazak Moujib y nuestro ingeniero mecánico José Parra.
Por contra, hemos contado- cosas del destino- con Marcos, un biker de Almendricos que se ha sumado a nuestra ruta en la zona del Mirador del Aparatadero y que ha podido compartir algo más de tres horas de btt y descubrir zonas inéditas para él.
¡Las ganas que tenía Vicente  de machacarse en la sierra de Almagrera!
Y aprovechando que la temporada del puesto -al menos en la zona baja- ha llegado a su fin hoy nos hemos aprovechado de la circunstancia y como posesos nos hemos "tirado al monte" perdicero.
En primer lugar, abordando la variante que desde Villa Petronila, en las inmediaciones del Centro de Inseminación Porcino, nos ha llevado hasta el Mirador.

Posteriormente, con la variante y sendas del Cerro de los Pinos hasta la confluencia con el cortijo de los Baraza.
Después de realizar la variante del Cerro del Oficio -entre bancales de habas- nos hemos dirigido a las veredas de Grima.
¡La de tiempo que no abordábamos este tramo!
Un problema técnico en el pedalier de la Specialized de Fco.Toledo y una obligación encubierta como joven padre de familia -todo hay que decirlo- le obligan a poner pies en polvorosa camino de regreso a Pulpí.
¡La que te has perdido!
Y como nuestro objetivo es asaltar la sierra de Almagrera, desde las veredas de Grima afrontamos el último tramo de variante de la jornada, la de Castillaricos.
Ni que decir tiene que en la "cuestecica"-antesala del collado de Castillaricos- hay que hacerla a pie.

Y no iba a ser la única ocasión en que íbamos a hacer "senderismo" con la "burra" a cuestas como el devenir de la mañana nos iba a propiciar.
Nada más comenzar a bajar por carretera hacia Los Lobos, giramos a la izquierda para acometer el camino que nos ha de llevar hacia la variante del cortijo de las Palas.
La subida se hace tranquilamente, cada uno acomodado a su ritmo, y a la altura del Cortijo de las Palas, antes de comenzar a descender hacia el encuentro con el camino del barranco El Jaroso, nos damos el gustazo de dar cuenta de nuestras vituallas.

Y en marcha hacia la segunda y última dificultad de la jornada: el collado del pico Tenerife, altura máxima de Sierra Almagrera, y desde allí al torreón-vigía.
Ni que decir tiene que antes de poder coronar el collado del Tenerife -zona de paso de un antiguo cable minero que comunicaba las dos vertientes de la sierra- hay que dar cuenta de una prolongada subida interrumpida exclusivamente para hacer un alto en el camino y visitar el atractivo del barranco del Jaroso, la máquina de vapor.

Fotos de rigor, intentona para "ponerla en marcha", alguna que otra pregunta asalta nuestra curiosidad y Sebastián Pérez que se aventura a explicar el rudimentario funcionamiento de semejante armatoste.
Y andando, ¡que nos enfriamos!
Asalto final. Unas veces a lomos de las bicis -la mayor parte del tiempo-; otras -en tres ocasiones y en tres tramos diferentes- de "senderismo" sorteando las dificultades técnicas y orográficas del terreno con las "burras" a cuestas o como cada uno ha querido hacerlo.

Al final, la satisfacción de estar casi en la cima del Tenerife para iniciar el descenso hacia el torreón de vigilancia.
Sin lugar a dudas, la senda inicial, oculta en gran parte por la vegetación autóctona, hay que abordarla con sumo cuidado para no dar con los huesos en tierra o barranco abajo, que todo es posible en estas alturas.
¡Seba, aguántate aunque sea en la atocha!
Y de pronto, a nuestra izquierda se abre un panorama que desde nuestra privilegiada atalaya se muestra impresionante a nuestros pies: ruinas y más ruinas de antiguas explotaciones mineras salpican  y adornan la sierra.
Nos ponemos de nuevo en camino buscando el torreón vigia. El falso llano en ascenso que conduce hasta él se hace en un periquete.

Fotos -incluida la "automática"-, avituallamientos, alivios prostáticos... y en marcha. Pasan 20 minutos de las 12 y hay que estar en Pulpí cuanto antes.
Abordamos un vertiginoso descenso técnico por la variante del barranco de la Guzmana o ¿tal vez no se llame así?
Las dificultades acechan en cualquier lugar y hasta los más avezados "descender" tienen alguna que otra complicación.
¡Pepe, una vez más te agradezco la deferencia que has tenido conmigo!
La pericia de José Cabrerizo -¡menudo batacazo se ha dado bajándose por delante del manillar en un auténtico pedregal!  ha impedido que yo que bajaba inmediatamente por delante de él.
¡Hay que guardar las distancias, Pepe!
En cuestión de 20 minutos, todos repostando "combustible" en la gasolinera de Los Lobos.
Vicente, Seba y Marcos -acuciado éste por estar en Almendricos antes de la 1 y media- ponen "la directa"  y en un pis pas desaparecen de nuestra vista en plena recta de Los Lobos a Guazamara.
El resto nos lo tomamos más tranquilo -no sé si podíamos haber puesto más carne en el asador- y pedal viene pedal va nos plantamos en Pulpí al cabo de 3 horas y 26 minutos de pedaleo.
La impresión final es que ha sido una jornada completísima en todos los sentidos, como el auténtico jamón pata negra

Fin de semana perdido en "tintero"

Esa es la apreciación que habréis deducido quienes asiduamente seguís este blog, pero no es así.
Lo que sucede es que a veces uno no encuentra "la pluma, el tintero o ambas cosas.
La vida puede resultar tan compleja como queramos y a veces se vuelve compleja aún sin desearlo.
Unas veces de forma caprichosa y en otras, sin mediar caprichos, sino obligaciones. 
Y esto último es lo que ha dado al traste con mi vena literabike .
Pero que nadie crea que un fin de semana como el pasado va a quedar olvidado en el "tintero".
No, no, en absoluto. Aunque, eso sí, sin información gráfica añadida por cuestiones insolayables de orden técnico: no hay modo de poder descargar las fotos capturadas con el móvil.
Nada. Ni  por cable, ni por USB, ni por "blutú". Guardaditas en la memoria del dichoso teléfono. Algún día verán la luz.
Sábado, 12: "Con zapatitos nuevos"
Tras mi paso -mejor dicho, de la bici- por el taller, la jornada del sábado iba de estreno.
Reparación del núcleo de la rueda trasera -se había hecho mandinga en la jornada mojaquera- retoque en los rodamientos del pedalier, sustitución de cadena y piñones, cambio de neumático trasero y, lo más anhelado, sustitución de manillar.
Con estos argumentos iniciaba la jornada del sábado: muchas novedades que había que ensamblar y lo más importante asimilar "bikeando".
Y ello en una ruta que iniciábamos sin grandes pretensiones excepto las de rodar y hacer kilómetros.
De entrada, rumbo a Benzal, hacia el canal del trasvase Tajo-Segura-Almanzora.
Una vez en el canal se decide tomar la rambla de Las Norias en dirección a Góñar para desde allí dirigirnos a Puerto Lumbreras.
Sin problemas de ningún tipo -no había motivo aparente para ello- pedaleo y más pedaleo salpicado por el bello espectáculo ofrecido por los almendros en plena floración.
Y como suele ser habitual, rambla abajo de Puerto Lumbreras, fotos, avituallamiento, cuidados prostáticos... antes de retomar el descenso hacia la venta Ceferino donde Abderrazak determina que la dirección a seguir pasa por  el paraje de La Piscina.
Un incidente mecánico en la bicicleta de Toni Parra nos obliga a hacer un alto en el camino.
La rápida intervención mecánica apenas hace perceptible el problema. 
De allí a Almendricos es visto y no visto.
Acordamos afrontar la vuelta a Pulpí a través de la variante  que hemos bautizado como "Sora" en clara alusión a Luis  Díaz "Sora" propietario de la finca por la que discurre el camino y de paso facilitar el acercamiento de Juan Gabriel Cervantes a su domicilio de Pozo Higuera.
Vamos, matar dos pájaros de un tiro como se dice habitualmente.
Al final, poco más de 60 kms. muy placenteros pensando en la jornada del domingo.
Y con la sensación de que los cambios introducidos en mi bici me van a reportar muchas alegrías, sobre todo a la hora de abordar las bajadas y trazar las curvas.
Este manillar -igual que me sucede en la Rush- me da mucha confianza.
Domingo, 13: el desafío de la variante Arejos-Gorreta
Pocos bikers en la salida matinal dominical: Alfonso Jiménez,  Sebastián Pérez, Aderrazak Moujib y la sorpresiva presencia de Domingo Parra que una vez más ha subido desde Guazamara para sumarse a nosotros.
A pesar de estar en temporada de puesto, en cierta forma nos aventuramos a realizar las variantes del Aguilón -camino de villa Petronila a El Mirador- y del Cerro de los Pinos.
Tenemos la fortuna de no molestar a nadie -al menos esa es la impresión que nos llevamos al no haber recibido ninguna alerta de los cazadores.
Nos aventuramos con una nueva variante, la de la cañada de Grima que nos deja a las "puertas" de Grima.
Desde aquí, después de un intercambio de opiniones sobre  rutas alternativas, nos dirigimos a Pozo Esparto y por la senda costera hasta el parque periurbano de Terreros.
Alto en el camino para reponer fuerzas y... ¡milagro! Las palmeras presentan un aspecto envidiable, han sido taladas.
¿Habrá tenido algo que ver en ello la denuncia que formulé en su momento en este blog?
No lo sé, pero ahí están, taladitas.
A partir de aquí optamos por poner rumbo hacia Los Arejos, pero esta vez por la variante de Cañada Blanca.
A nuestro paso, los vestigios de la antigua explotación minera de cinabrio, las nuevas plantaciones de mango, el puente de las Pulgas y... cambio de planes.
En lugar de subir a Los Arejos rambla arriba, optamos por la variante que discurre paralela a la autopista Vera-Cartagena.
Al llegar a la rotonda de Los Arejos, Domingo Parra -se quedará allí a comer en la casa de sus suegros- decide subir acompañando a Alfonso hasta Puerto Carril en tanto que Abderrazak, Sebastián y yo iniciamos una persecución por la variante de las tuberías de la Comunidad de Regantes de Águilas.
Nuestro objetivo, dar alcance a tres bikers que acabamos de vislumbrar en la lejanía transitando por este camino en dirección a Gorreta.
Nos empleamos a fondo y al final logramos darles alcance en la confluencia de la bajada de Gorreta.
Son aguileños y su rumbo es contrario al nuestro por lo que después del saludo y el intercambio de impresiones iniciamos el asalto a Gorreta.
Sebastián  se enfrenta por primera vez a este desafío y a tenor de su respuesta física deduzco que no hay nada que lo achante.
Tras coronar Gorreta, el descenso hacia Pulpí lo hacemos a través de las fincas de naranjos de la Hoya, momento que aprovechamos para "comprobar" el grado de madurez de tan preciada fruta, máxime después de una cincuentena de kms. a la espalda.

lunes, 7 de febrero de 2011

Otra jornada dominical de lo más placentera

Si la jornada del sábado resultó placentera, más propia de celebraciones populares que de otra cosa, no menos podría decirse de la del domingo.
Pausas por doquier, sesión de fotos y de vídeo hasta que se acabó la tarjeta de memoria, tiempo de mucho palique y de poco pedaleo. Hasta el GPS se enganduló y dejó de funcionar.
Y así nos fue la cosa. Tres horas y media -desde que salimos hasta que regresamos- para algo más de 51 kms. Como no había rumbo establecido de antemano y tampoco apetecía trabajar mucho, Abderrazak propuso que fuera Alfonso Jiménez el director de la ruta.
Y siguiendo sus indicaciones, todos hacia Villaricos. 
De entrada, el camino de la Edar de La Fuente a El Largo. Una vez en El Largo, abordamos la variante de la rambla de Las Canalejas -menudo caudal de agua baja por aquí- y posteriormente hacia Los Lobos y la variante del camping Yerbabuena.
A la rambla de nuevo y sorpresa a la altura del poblado minero de El Arteal.
Dos ejércitos de "paintball" armados hasta los dientes preparan una dura contienda en este misterioso y fantasmagórico paraje deshabitado.
No queremos cuentas con semejantes combatientes y sin decir ni "mu" ponemos tierra de por medio hacia Villaricos.
Y como siempre ocurre, parada obligada en el paseo marítimo: avituallamiento, fotos, comentarios... y a atravesar el mercadilllo dominical.
Cada día resulta más difícil hacerlo. ¡Menudo mercadillo tiene Villaricos!
En plena carretera, nada más pasar las instalaciones de Deretil, nos sorprende una marabunta de ciclistas carreteros que llevan muchas más prisas que nosotros.
Y a partir de aquí nuestra ruta se convierte en un "tour " casi turístico: paradas, fotos, vídeos...
Y claro, sin habernos dado cuenta se nos ha echado el tiempo encima y ahora toca apretar y recortar en la medida de lo posible algún que otro km.
Así pues, de Terreros y la cuesta del Capitán nada de nada.
Volveremos por Grima y para acortar elegimos la variante del puente de las Colmenas a la Cumbre.
¡Menudos rampones tiene este tramo!
El hecho es que con el mayor sufrimiento de la jornada coronamos La Cumbre y a descender hasta el cerro del Oficio.
Y de aquí por la variante de Reciclados Muñoz, la de la I Marcha de MTB de Pulpí, desembocamos en el camino de Grima a La Fuente.
Abderrazak y Sebastián a la cabeza, en tanto que Alfonso, mi hijo Fco. José y yo cerramos el grupo.
Cruzamos La Fuente y nos dirigimos hacia la Gasolinera por la variante de la piscina municipal.
Y casi como en los cuentos, colorín colorado la jornada se ha acabado.
Eso sí, que nadie espere ver hoy el itinerario recorrido. Ya lo he dicho, el GPS se ha quedado sin batería y se ha negado a seguirnos.
Otro día será.

domingo, 6 de febrero de 2011

Capítulo III: Último tramo de la I Marcha MTB Ciudad de Águilas

Al fin. Casi dos meses después de haberse disputado, desde este pasado sábado el tramo final -Los Arejos- Águilas-de la I Marcha de MTB Ciudad de Águilas ha dejado de ser una incógnita para la mayor parte de los bikers pulpileños.
De partida, se propone la ruta del "marisco" y todo el mundo acepta de buen grado y con este objetivo a través de La Hoya nos encaminamos hacia Puerto Carril.
Y como siempre suele ocurrir, los planes iniciales se trastocan ligeramente.
Ya que estamos aquí -rotonda de Los Arejos- ¿por qué no abordar el tramo final de la I Marcha de MTB Ciudad de Águilas?
Un par de silbidos y algún que otro grito a José Cabrerizo  que se ha adelantado en la bajada al resto del grupo -¡a este tío no hay quien lo pare cuando dice de tirar! y todo el mundo a la rambla de Los Arejos.
Cada cual sortea como puede y sabe las dificultades técnicas iniciales antes de enfrentarse a la primera dificultad de la jornada: la subida de la variante de "El Paloma" que provoca que el grupo se estire como el rosario de la aurora.
Y no es para menos porque en sus algo más de 500 metros, el porcentaje se dispara casi hasta el 20%.
Reagrupamiento en el alto y descenso prolongado hacia Águilas por una rambla- vaya usted a saber su nombre- que nos ofrece la dificultad añadida de la presencia de arena suelta.
Salvadas las dificultades arenosas, el despiste que padecimos José Parra, Abderrazak Moujib y este narrabike que nos llevó a llegar antes que nadie al entorno del  Hotel Don Juan en el paseo marítimo de Águilas y el tiempo dedicado al avituallamiento -aquí lo de cambiar el agua al canario como que no resultaba políticamente correcto- iniciamos la ruta del marisqueo.
En esta ocasión contando con un explorador de lujo. El Sr. Salas, Francisco Salas que después de muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo tieeeeeeeeeeeeeeeeeeeepoooooo ha vuelto por sus fueros.
La ruta, la  verdad, es que ha resultado casi aburrida. De marisco muy poco, casi nada. No debe ser buena época para la crianza y captura de esta especie.
Eso sí, la jornada contó con mi "revolcón", casi de cine. Primero yo, despues la bici y finalmente ambos abrazados encima de alguna que otra atocha.
¡Qué pena no haberlo inmortalizado en vídeo o al menos en alguna imagen!
A la llegada a la rotonda de La Venta de Terreros el grupo se fracciona: Fco Salas y Abderrazak optan por subir a Pulpi por Jaravia en tanto que el resto apostamos por hacerlo por Grima.
En nuestro transito por el paseo maritimo de Terreros nos topamos con Cesar Serrabona que se agrega al grupo hasta el inicio de la subida a la parte final de La Cumbre, segunda  y ultima dificultad de la jornada.
A tenor de como sube la gente parecia que habia cierta prisa por llegar a Pulpi y asi debio ser porque en menos tiempo del previsto nos plantamos en Pulpi.
Al final superamos la cincuentena de kms. sin apenas importarnos ni el tiempo ni las medias.
Asi da gusto.