domingo, 19 de diciembre de 2010

Transcabrera: "bikers en la niebla"


Lluvia, niebla, viento y sol radiante. Otra jornada memorable.
La Transcabrera nos ha deparado de todo, incluido el cambio de planes obligados por las circunstancias.
De salida -hoy lo hemos hecho desde la casa de  nuestro anfitrión Gerardo, en Mojácar- un chispeo que nos ha acompañado hasta el inicio de la subida hacia Cortijo Grande.
A priori, la situación no se presentaba muy favorable al pedaleo. Si a cualquiera de los "siete magníficos" de hoy -Gerardo, Paco Pérez, Fran Haro, Domingo Parra, Pedro García, José Miguel  Silverio y Paco Fdez- se le hubiera ocurrido poner algún pero a continuar la ruta, no sé que hubiera ocurrido.
La verdad es que en el trayecto hacia Turre todos los conductores con los que nos hemos cruzado han tenido la "deferencia" de saludarnos con "pitorreo".
¿A dónde irán estos "guiris" con la que está cayendo  debían pensar.
Iniciada la subida hacia Cortijo Grande, cesa el chispeo y aparece la niebla, un elemento que nos acompaña, en mayor o menor medida, tanto en la vertiente de ascenso hacia el collado de La Mezquita como en el descenso hacia La Adelfa.
¡Perdidos en la niebla! Hay momentos en que nos somos capaces de ver -me atrevo con una licencia literaria- más allá de nuestras narices.
Poco a poco, cada cual a su ritmo, no podía ser de otro modo, los jóvenes tirando del carro en tanto que la "segunda juventud" -Gerardo et moi- custodiando la cola, nos presentamos en la fuente de La Carrasca.
Tiempo para el avituallamiento, el cambio de aguas y alguna que otra foto aprovechando que la niebla no nos impide hacerla y como quiera que el sudor se enfría en nuestra piel y  el viento comienza a desperezarse no nos queda más opción que retomar el tramo final de subida.
La niebla se vuelve protagonista: bikers "perdidos" en la niebla. Resulta difícil localizarnos más allá de la  treintena de metros.
Alcanzado el collado de la Mezquita, por encima de los 800 metros, comenzamos nuestro descenso por las ruinas de La Cufría hacia La Adelfa y El Sopalmo.
La niebla nos sigue acompañando y el viento de "poniente" en alguna que otra zona comienza a manifestarse en toda su magnitud.
Algún que otro traqueteo, alguna que otra sensación de pérdida de la estabilidad por un camino que, si bien ha sido reacondicionado en toda su extensión, no presentaba su mejor cara para descender sin temor a "salirte" en las curvas o dar con tu cuerpo en tierra.
Claro, hablo de mí. Para el sexteto de cabeza, a tenor de lo visto, no han existido dificultades y han descendido hacia El Sopalmo como rayos. ¿Será que me estoy haciendo mayor?
Llegados a El Sopalmo, sol deslumbrante, reagrupamiento y foto "automática" y mira por dónde acabo de descubrir que el automatismo no ha querido saber nada del enfoque y ha salido "un churro": unos reconocibles y otros...
Optamos por bajar por la rambla de Macenas y... todos al agua para poder salvar un "charco". Si no nos habíamos mojado al inicio de la jornada, ahora hemos metido la pata hasta "los garrones".
Total, para lo que queda, qué más da.
La superficie de rodadura de la rambla se encuentra en su punto: compactada y con el nivel de humedad requerido para "volar" y en un pis pas nos topamos con el mar y el castillo de Macenas.
En este punto, giramos a la izquierda y nos adueñamos del asfalto que continuaremos hasta Pueblo Indalo, lugar en el que Gerardo, oficiando de buen guía turístico conocedor del "trastero" Pueblo Indalo, pone rumbo hacia Mojácar a través del camino de la Marina - ruta alternativa para evitar los controles de... los fines de semana por parte de los agentes del orden público.
Y de este modo, nos presentamos en Mojácar.
Las condiciones meteorológicas han vuelto a cambiar de nuevo: el sol nos abandonó y nos tememos que antes de regresar a casa de Gerardo nos pueda  sorprender un nuevo  chispeo.
Visita obligada a la popular fuente de Mojácar: un traguito de agua - muy buena para la salud a decir de Gerardo,  para dar "empaque" certifico yo - y lógicamente la foto pertinente, labor en la que colabora gustosamente un "aguaor"  ecuatoriano.
Y, a pedalear de nuevo. Ya sólo queda el último escollo de la jornada: Quinientos metros de rampa. Los que separan la carretera de Turre de la casa de Gerardo.
¡No me extraña que Gerardo esté fuerte! Con estas rampas de molinillo o te pones fuerte o te "desapuntas" de la BTT.
Al final, según mi GPS -hoy algo loco en la catalogación de las rampas- hemos recorrido 46.3 kms. en un tiempo -excluidas como siempre las paradas- de 3:11:49, a una media de 14.5 kms/h.
Pero lo mejor de todo, sin lugar a dudas, las vivencias acumuladas en ambientes tan desapacibles.
Y que nadie olvide que la Transcabrera, tal y como estaba prevista, sigue en pie.



8 comentarios:

Jose Parra dijo...

Hola a todos,
voy a ver si hay consulta en la seguridad social de psiquiatria, para sacaros cita, y sino mirare aunque sea de pago porque despues de lo de hoy y la de ayer. Paco la gente no os va a tratar mas de "GIRIS", SI NO DE LOCOS , un saludo a todos en la proxima estare yo SI HACE SOL

Paco Guazamara dijo...

si el telefono no se lo das a Paco me lo pasas a mi, que tampoco ando muy bien de la chaveta. Porque soy capaza de repitir con las mismas condiciones atmosféricas.

guazabike dijo...

La verdad es que noto mucha valentia en la peña
valientes los Guazabiques
Yo tambien me he quedado con ganas de asistir.Un saludo
Juan Blas

Paco Fdez. dijo...

Paco, debe ser que mi mente aún está "enieblada", no logro descifrar tu mensaje.
¿Qué clave debo usar hoy?

Paco Guazamara dijo...

yo también he de andar ennieblado pues no se a que te refieres con lo del mensaje

Pedro Gª Carrasco dijo...

Paco Fdez, de buena gana sé que habrías seguido el itinerario que conducía a la "cueva del pájaro" pero no te preocupes que la haremos en compañía de todo el que se atreva; pero para ello debemos dejar que los días vayan alargándose, y cogerle ahí un tiempo al alba.
sopin

Guerry-VdR dijo...

pues si ya me estaba yo dando topazos contra las paredes la mañana del Domingo, por culpa de mi mala cabeza, tras leer el relato no puedo hacer otra cosa que seguir con el castigo y golpear de nuevo esta cabecica loca.

Para el que no lo sepa, y el que lo sepa también, estándo ya de cuerpo presente en la carretera de Mojacar y esperando al resto que venían por Garrucha, caigo en la cuenta de que no traia conmigo mis zapatillas para la bici. Total, que el madrugón pa prepararlo todo no valía para nada; y encima... quedo mal con la gente.

Cabrera... la primera vez, con la bici prestada y rota, la segunda me presenté pinchado y sin casco, pa la tercera... sin zapatillas... la Sierra no me quiere...

Un Perdu... dijo...

El pasodoble nació así:
parará papá ?
parará pachin.

Un padre y su hijo
esperando el tren
en la estación de Pulpí´.

féliz anniversaire
mon cheri.-