viernes, 26 de junio de 2009

La Transalmagro, otro reto superado

Nos lo habíamos propuesto y lo habíamos anunciado. El pasado domingo, ocho intrépidos a la par que sufridores bikers -Alonso, Paco, Míchel y Gerardo Martínez partiendo desde Guazamara junto a Juan Francisco Baraza, Juan Cáceres, Rafa Gallego y este bloguer que partíamos de Pulpí, añadíamos una nueva ruta a nuestras conquistas beteras.

La jornada se iniciaba en torno a las 7.30 horas de la mañana, de forma simultánea en Guazamara y Pulpí, y ambos grupos poníamos rumbo hacia el Centro Hípico, punto elegido para el encuentro y partida conjunta rumbo a la rambla de los Mahomas para desde ella dirigirnos hacia El Saltador.

Llegados a El Saltador optamos por tomar el camino del cortijo El Manchego -Alonso prefiere que precise los nombres- que nos conduciría hasta el encuentro con el camino de acceso a los repetidores de TV de El Cucharón.

Al llegar aquí, cambiamos los planes de la jornada. Míchel, un auténtico GPS humano, propone una ruta alternativa para evitar bajar al pantano del Almanzora y subir por la misma ruta y nos invita a realizar un recorrido alternativo que nos llevaría hasta Santa Bárbara.

La verdad es que mereció la pena. Caminos forestales, sendas, ramblas. Me encantó este recorrido. Opto por ir a la cola del grupo para hacer cuantas fotos me apetezcan.

Al llegar a Santa Bárbara, nos dirigimos al lecho del río y descubrimos los vestigios existentes del puente que dos décadas atrás fue destruido por una inmensa riada.

Poco a poco, circulando sobre el lecho del río, vamos descendiendo hasta alcanzar finalmente la desembocadura de la rambla de Huércal Overa -pasando previamente sobre el regato de aguas residuales que caminan aguas abajo en dirección al pantano.

A partir de aquí, comienza "el calvario" de la jornada. Tomamos la vía de ascenso -¡qué fácil fue encontrarlo esta vez!-. Poco a poco, cada uno como buenamente puede, curva tras curva, conseguimos coronar el alto.


Desde aquí se nos ofrece un panorama extraordinario a nuestros pies: el cauce del río al sur, el serpenteante cauce de la rambla de huercalense -volvemos a divisar el Ford rojo abandonado en su lecho- al oeste y Huércal Overa y su verde campiña al norte.

Retomamos fuerzas y acto seguido, descenso -a veces peligroso, con reguerones y piedra suelta- hasta alcanzar el cruce con el camino cementado de ascenso a los repetidores.

Continúa el calvario. Siete kms. de ascenso continuado con rampas del 24% en algún caso hasta plantarnos finalmente al pie de El Cucharón.
Juan Cáceres, Míchel y Rafa no se lo piensan y como máquinas atacan El Cucharón. Gerardo duda, aunque al final no deja pasar la ocasión de conocer este entorno y comienza su ascensión en solitario. Menudo problema de conciencia bikera para el resto. A los dos Pacos -Paco Fdez y Paco Pérez- les remuerde la conciencia y sacando fuerzas de flaqueza ponen pies en polvorosa y ... a subir para inmortalizar el momento.
Juan Francisco opta por quedarse y esperar placenteramente la llegada de Alonso.

Fotos de rigor dominando el amplio panorama que se nos abre teniendo como telón de fondo Cuevas de Almanzora, desdibujada por la calima reinante.

Una vez reagrupados, iniciamos el camino de regreso hacia Guazamara y lo hacemos por la ruta del denominado Cortijo del Soto y un rapídísimo descenso que nos llevaría finalmente hasta Guazamara.

Aquí, en el bar El Puente, al filo de las 12.30 horas, tiempo de refrigerio. Cervezas y alguna que otra coca cola -deferencia de los bikers guazamarenses- contribuyen a reponer parte de las energías perdidas y, por supuesto, los comentarios de la jornada y más fotos.
Al término de la invitación, momento para la despedida y en nuestro caso, de nuevo a las bicis para poner rumbo a Pulpí.

Me quedo ultimando con Gerardo los detalles de nuestra participación en la marcha cicloturista de Velefique del próximo domingo y mis compañeros de viaje se adelantan. ¡Joder, qué panzada de pedalear para finalmente darles alcance a la altura de Semilleros Jarico!
Después de todo, ha sido una gran jornada. Hemos superado un nuevo reto y hemos abierto una nueva ruta de Norte a Sur o de Sur a Norte, para subir a la Sierra de Almagro o bajar al cauce del Almanzora- cada uno que lo haga en el sentido que quiera.

El Polar ha marcado algo más de 72 kms., 4 horas y 32 minutos de tiempo efectivo de pedaleo y un desnivel acumulado en ascenso de 1235 metros y de 1265 en descenso.

La verdad es que el palizón ha hecho mella en todos nosotros, bueno en casi todos porque hay algunos a los que aparentemente no les pasó factura.

2 comentarios:

Alonso dijo...

Felicidades por la narración
by moment eres el mejor
no cambies de condición
desde mi Uad Hamara
te bendice este sufridor.

donde dije digo,diré dijo...

Esto sí ha sido una proeza
estoy aprendiendo a dominar
con mi btt la naturaleza,
aunque creo que debería
un poco antes de aprender
a dominarme a mi mismo.